La relación de los medios de comunicación y el Poder siempre ha tenido sus roces. En primera instancia, porque dedicarse a este oficio genera —en algunas ocasiones— enemigos. Y unos que podrían ser atentatorios contra la dignidad humana, es decir, como se mencionó anteriormente, el Poder. Los medios de comunicación se han forjado para cuestionar, para -ineludiblemente- tomar una postura, pero esta posición, en la que se escribe, se publica y se imprime, lo dicen en las aulas de las carreras de comunicación, debe ser a favor de los menos favorecidos, de los perjudicados. No es posible concebir un periodismo que justifique las acciones de los gobernantes, que condene a quien resiste y elogie al discurso oficial. En el país, a la prensa, los medios de comunicación, la confianza que se les tiene es cuestionable, ya sea por sus posibles vínculos con los gobiernos o su capacidad para mantenerlos a flote, a través de sus discursos, sus contenidos, sus narrativas cotidianas. ¿La libertad tiene sus límites?.
Los tiempos que se vivieron no hace mucho…
Bien es sabido que el Gobierno de Rafael Correa no tenía la mejor relación con los medios de comunicación, ya que a través de los discursos de “prensa corrupta”, “la prensa ni para madurar aguacates, compañeros”… mientras rompía periódicos frente a sus seguidores, establecía una narrativa de estigmatización a los medios de comunicación. “Ésta es la prensa que tenemos, esto es mala fe, esto es politiquería, es manipulación”, y hacia su público: “¿lo rompemos también?”, mientras los vítores crecían. Estos actos públicos, es decir las sabatinas, en las que se estigmatizaba el trabajo periodístico, que también puede tener sus fallas, se legitimó con la publicación de la Ley Orgánica de Comunicación. Pero no vino sola, ya que también una entidad se encargó de la regulación de los medios: la Superintendencia de Comunicación, dirigida en su momento por Carlos Ochoa Hernández.
¿Todo lo que manifestaba la LOC atentaba contra los medios de comunicación?
Desde los medios de comunicación, y algunos activistas políticos contrarios al correísmo, se la calificó como una ‘ley mordaza’. Pero, para adentrarnos en los artículos más polémicos de esta ley, y las reformas que se están llevando a cabo que, se dice, atentan contra la libertad de expresión, se deben reconocer algunos, a los que podríamos llamar ¿logros o intenciones? Así, a través de la aprobación de la ley se buscó que el espectro radioeléctrico, para la adjudicación de frecuencias, sea equitativo. En el artículo 106 de la LOC se estipuló que se “reservaría hasta el 34% del espectro radioeléctrico al sector comunitario en función de la demanda y de la disponibilidad”. En el papel, en la ley, se consideraría que éste es un ejercicio para intentar diversificar a la comunicación, pero no evitó que se generen casos como el de Ángel Gonzalez, mejor conocido como ‘El Fantasma’. Por ejemplo, en el caso denunciado por Fundamedios, se asegura que Lenín Moreno, en sus últimos días de Gobierno, a Gonzalez le habría entregado “las frecuencias de otras cuatro estaciones de radio (…) que habían sido descalificadas por incumplir requisitos”. Asimismo, se hicieron esfuerzos para evitar la reproducción del machismo y el sexismo en la televisión nacional.
La Supercom, el terror de los medios de comunicación dle país…
Fundamedios, en el año 2017, consolidó, por tercer año consecutivo —desde que se expidió— a la Ley de Comunicación como “la peor amenaza a la libertad de expresión”, pues, se asegura que solo en 2016 registró 168 casos de sanciones y procesos contra periodistas y medios de comunicación, es por ello que la calificaron así. “Solo en el año 2016 las sanciones y los procesos contra medios, periodistas y comunicadores aumentaron en un 69% en relación a 2015”, señala el portal Plan V. Los estudios generados por esta ONG, fueron refutados -en su momento- por Carlos Ochoa, quien aseguró que “si los medios no incumplieran la ley no existirían procesos, mucho menos sanciones”. Por otra parte, los medios perjudicados condenaban que la Supercom sea “juez y parte” al momento de emitir sanciones. Esta entidad fue cerrada, definitivamente, el 31 de julio de 2019, y ahora lo reemplaza el Consejo de Regulación, Desarrollo y Promoción de la Información y Comunicación.
Derogatoria del Reglamento de la Ley Orgánica de Comunicación
En sus primeros días como presidente, Guillermo Lasso firmó la derogatoria del reglamento de la LOC. La firma se la hizo con el fin de responder a sus promesas de campaña, de ofrecer “aires de libertad” al Ecuador. Hay que entender que el Reglamento de la Ley Orgánica de Comunicación incluía los mecanismos de rectificación y réplica, y también se podría añadir que tenía el contexto sancionatorio de la LOC. Pero, la abogada María Dolores Miño aseguró que la derogatoria del reglamento “no dice mucho” mientras la ley siga vigente. Pero, como se mencionaba anteriormente, “operativizaba los procesos de sanción”.
Las nuevas reformas a plantear
Esta semana, con 75 votos a favor, se aprobó el informe de minoría sobre esta Ley en la Asamblea, y entre lo más polémico se encuentra la eliminación de la opinión como derecho a la libertad de expresión.