Inseguridad un mal de todos los días; Ecuador ha visto un aumento en los delitos violentos; la delincuencia en Ecuador ha escalado de manera asombrosa, sobre todo en los últimos cinco años, de tal forma que los ciudadanos perciben que ya no hay un lugar ni hora segura para realizar sus actividades cotidianas. Los datos y estadísticas del primer trimestre del año no resaltan esperanza para que éstas cambien, principalmente porque las estrategias del Gobierno Nacional no han dado efecto ni abasto a esta crisis de inseguridad que se vive en el país.
¿Cómo Usted define a la situación que se está viviendo en Ecuador?
Es un tema que realmente me preocupa, y eso creo que es un sentir ciudadano; lastimosamente nosotros, como sociedad, no vemos el respaldo ni el accionar de las diferentes instituciones, o quizás se hacen ‘de la vista gorda’, teniendo competencia en las diferentes áreas de seguridad, por lo que no se ha visto en los últimos años ninguna acción preventiva y menos aún acciones que, de alguna forma, puedan contrarrestar este mal, que nos ha afectado y continúa afectando a toda la población. En ese contexto, debemos entender al tema de inseguridad como un problema global, como un problema social en donde se debe generar política pública, espacios de participación ciudadana en los que las personas, de alguna manera, incitan a que las distintas entidades públicas, encargadas de brindar seguridad y protección, tomen acciones contundentes para poder parar, de alguna forma, el crimen organizado que ha dado paso a la violencia, tanto interna en los centros penitenciarios y a nivel social.
Cuéntenos, ¿qué factores han propiciado la realidad actual del país?
Uno de los factores principales que ha dado raíz a todas las actividades delictivas es la falta de oportunidad y la falta laboral en nuestra sociedad ecuatoriana. Podemos evidenciar claramente que quizá un sujeto joven que entra a un centro penitenciario por haber robado o hurtado un teléfono celular es condenado a uno o dos años, pero, lastimosamente, el Estado no ha cumplido su rol de reinserción o de rehabilitar completamente al delincuente, y bajo ese contexto, de alguna forma, los centros penitenciarios ahora relucen como un sitio de perfeccionamiento o de adoctrinamiento de jóvenes, es así que el crimen organizado está ganando territorio, ocupando espacios no solo como las estructuras de un centro de libertad, sino que cuando salen operan en otras esferas; incluso se ha podido evidenciar que la delincuencia organizada ha logrado controlar un espacio del poder político, y eso es algo preocupante, recordemos que el poder político con el que nuestras autoridades ejercen a diario pretenden cambiar la triste realidad que estamos viviendo la población ecuatoriana, como: falta de atención médica, promover la educación en la parte urbana y rural, entre otros; pero, al observar que esto no se cumple como tal, principalmente en cuanto al inexistente proceso educativo adecuado para nuestros jovenes y niños; es así que todos estos factores han llevado a que de alguna manera el crimen organizado vaya adueñándose de estructuras, espacios, y obviamente sí, del poder político que está encargado de cambiar estas estadísticas, y al estar vinculados con estos sectores no tienen ningún interés en el correcto desarrollo de la sociedad.
¿Cuáles han sido las consecuencias de la violencia?
Los resultados considero que los vivimos a diario, y un ejemplo es lo que pasa en Riobamba: hace poco sectores comerciales de la ciudad han sufrido robos, y las autoridades no han hecho nada al respecto. Asimismo, la ciudad, a diario evidencia varias actividades delictivas, pero quienes están a cargo de nuestra seguridad no toman cartas en el asunto, únicamente elevan a conocimiento con datos estadísticos, mas no generan una confianza ciudadana al proporcionar información de que, efectivamente, han logrado parar esta situación, solo actúan cuando el delito o la acción ya se ha consumado, y eso es una evidencia de que, efectivamente, las autoridades no están realizando un trabajo contundente. Por otro lado, la ciudadanía se debe sumar y, si es posible, tratar de buscar espacios de diálogo para que todos los sectores nos podamos activar de alguna manera y, así, enfrentar este grave mal que está consumiendo a la niñez y a la juventud, y nos está dejando un futuro inesperado y muy oscuro, por ello es importante que la sociedad también tome conciencia y empiece a activarse de manera activa.