Marina (nombre protegido) prefiere ocultar su identidad por las represalias que podrían llegar en su contra , debido al presunto amedrentamiento que sufrió la anterior semana en su vivienda por parte de las Policía Municipal y Policía Nacional. En algunos sectores de Riobamba la informalidad genera peleas, caos y abuso de autoridad.
Marina, que no tiene más de 40 años de edad, tiene a su cargo cinco pequeños hijos que cuida con celo. Anteriormente esta mujer trabajaba en ama de casa, pero la crisis económica le arrebató este empleo y tuvo que emprender en su propio hogar.
Conflicto. En las calles León Febres Cordero y García Moreno vive esta mujer con sus primogénitos; el padre de ellos no vive en el hogar.
Para subsistir en medio de esta emergencia sanitaria, Marina puso un puesto de frutas y verduras en la puerta de ingreso a su domicilio e iniciaron los problemas. La tarde del jueves, recibió la visita de los agentes de control Municipal, porque tenía varios productos en la acera.
Marina argumenta que los uniformados llegaron de una manera despectiva y agresiva, entonces ocurrió un cruce de palabras y forcejeos con los productos. Al intentar bajar un saco de yucas de la camioneta de los agentes de control, vio llegar a dos patrulleros de la Policía Nacional que acudieron para apoyar en este procedimiento.
Marina se opuso a recibir la citación y por tal motivo, los policías ingresaron a la vivienda para obligarla a recibir este documento, pero tres de sus hijos impidieron que sea detenida esta mujer. Marina denuncia que los gendarmes la maltrataron y sintió que los policía la trataron como una “ladrona y delincuente”. Actualmente no cuenta con el permiso de funcionamiento de este local, motivo por el cual se dio inicio a esta querella.
Esta madre de familia espera que se haga justicia, porque una mujer agente Municipal. habría señalado que ya no podrá obtener más el permiso municipal.
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