Tras la revelación de una presunta red de tráfico de influencias en el Hospital del IESS del Azuay, Rosa Argudo reconoció que solo tiene a cuatro familiares trabajando de la institución.
Una denuncia por mala práctica médica en el Hospital José Carrasco Arteaga destapó una presunta de red de nepotismo, a cargo de Rosa Argudo
Esta denuncia provocó que Soraya Puertas, gerente del Hospital sea separada de su cargo. Sin embargo, esto fijó la atención mediática en la casa de salud.
El 25 de junio, los asambleístas del Azuay participaron de una audiencia pública para fiscalizar el trabajo que se realiza en el IESS, en Cuenca.
Después de la intervención del director provincial, Esteban Villa, Rosa Argudo, licenciada en enfermería y dirigente sindical de los trabajadores del IESS, tomó la palabra.
Durante su comparecencia ante los asambleístas del Azuay, se descubrió que la dirigente sindical tenía alrededor de 12 familiares laborando dentro de la institución pública.
Esto provocó una serie de especulaciones y cuestionamientos hacia Argudo y el poder que ejercía dentro del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social en esta provincia.
Nuevas declaraciones de Rosa Argudo en caso de IESS en Cuenca
Sin embargo, este 23 de julio, Argudo, en una entrevista con un medio radial, reconoció que tiene solamente a cuatro familiares trabajando dentro del IESS
También calificó a esta comparecencia como una “vil trampa”, ya que creyó que se iba a tratar sobre la denuncia de mala práctica médica.
El asambleísta Diego Matovelle, quien estuvo en la comparecencia de Argudo, ofreció más datos sobre la participación de Argudo dentro de los contratos del IESS.
Según Matovelle, los parientes de Argudo compartirían hasta el tercer grado de consanguinidad. Pero, Argudo asegura que su familia ha entrado gracias a concursos público.
Según la perspectiva de Argudo, esta es una «barbaridad más» de los Asambleístas, que no tienen los recursos para «tapar la inoperancia de ellos» mismos.
Así, la licenciada en enfermería se considera como un chivo expiatorio que distrae a la ciudadanía de los problemas serios, como la mala práctica médica.
“¿Qué ocultan con este morbo ante una familia y contra un sindicato?”, pregunta Rosa Argudo, quien asegura haber recibido amenazas de muerte por este caso.