CRÓNICA

Hombre desmembró a su víctima en un taller mecánico

Un hombre desmembró a su víctima en un taller mecánico de Quito; abandonó la cabeza y el cuerpo en distintos puntos de Cumbayá

Hombre desmembró a su víctima en un taller mecánico
Hombre desmembró a su víctima en un taller mecánico laprensa.com.ec

Un espeluznante caso de asesinato en Quito ha sacudido al país, luego de que la Fiscalía General del Estado confirmara la sentencia de 26 años de prisión contra Carlos Oswaldo T.

Durante la audiencia de juicio, Fiscalía demostró que el acusado planificó el crimen buscando aumentar deliberadamente el dolor de su víctima, al actuar en horas de la noche y en sitios despoblados.

La Fiscalía respaldó su teoría con pruebas indiciarias, incluyendo testimonios de peritos y testigos.

Además, abandonaron la cabeza y el resto del cuerpo en diferentes zonas de la parroquia Cumbayá.

Hombre desmembró a su víctima en un taller de Quito

Se presentaron también videos de cámaras de seguridad que muestran cómo, el 21 de marzo de 2024, la víctima ingresó al taller mecánico y no volvió a salir.

Según lo declarado por un taxista testigo de Fiscalía en el juicio, Carlos Oswaldo T. contrató dos servicios de transporte: en el primero, habría trasladado la cabeza de la víctima; en el segundo, el resto del cuerpo, de acuerdo con el Ministerio Público.

El conductor informó que suspendió el segundo viaje al percibir un fuerte olor proveniente del costal, y que, al consultarle al procesado sobre el contenido, este respondió que se trataba de un perro muerto. 

Pidió que se bajara del vehículo y se llevara el costal que minutos antes había colocado en la cajuela.

Taxista

Durante la investigación, Fiscalía también dispuso la práctica de una prueba de luminol en el taller mecánico. 

La Fiscal también citó una pericia de ADN, en la que se reveló la existencia de perfil genético (sangre) de la víctima en las prendas de vestir que Carlos Oswaldo T. llevaba puestas el día del crimen.

El crimen es clasificado bajo el artículo 140 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), por haber sido ejecutado con ensañamiento y en condiciones que aumentaron intencionalmente el sufrimiento de la víctima. Por estos agravantes, el Tribunal dictó la pena de 26 años de cárcel.

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