Ganar el partido: Por Dios, no nos relajemos, lo más difícil lo hemos afrontado, y en la mayoría de los casos con el “pulgar arriba”, y eso ya es decir bastante; pero, en contados días será de absoluta responsabilidad nuestra el cuidarnos del mortal “virus de Oriente” que a su paso por el “Planeta Azul” ha dejado una estela de enfermedad, muerte, dolor y crisis -en todas sus manifestaciones posibles.
No bajemos la guardia, sigamos adoptando medidas de bioseguridad responsable pese a que ya no sean una obligación, so pena de engrosar las cruentas estadísticas que, por donde se las miren, son trágicas.
Y este comentario viene a propósito de que ya se observa a muchas personas empezando a retomar su “antigua normalidad”, es decir, paseando con niños, en unos casos sin usar la mascarilla, tomando parte de reuniones sociales, encontrándose con sus amigos para practicar disciplinas deportivas de contacto y luego “pegarse unas frías”… y eso no está bien, toda vez que raya en la irresponsable falta de consecuencia con sí mismos, sus “seres queridos” -que parecen no serlo tanto” y con la sociedad en general que, ajena a pensamientos y procederes, sí puede estar expuesta a contagios evitables.
La vida conlleva sacrificios, y a veces muy dolorosos, pero aquello también requiere eco y consecuencia, so pena de convertirse en vanos.
Adoptando el argot futbolístico, en esta ocasión -y ojalá en toda circunstancia- todos debemos jugar en el mismo equipo y apostar a ganar, y eso contando que contamos con cancha, pelota y árbitro, así que no sería dable que nos hagamos un autogol por una ingenuidad, descuido o quemeimportismo de perder la marca al rival de turno. ¡Piénselo bien!