Familias de vendedores manejan el Mercado Mayorista, influenciando precios y controlando puestos estratégicos de comercio.
En el complejo entramado del Mercado Mayorista, los «introductores» juegan un papel fundamental.
Estas personas tienen conocimiento de los sitios de producción tanto en la provincia como en otras regiones.
Con esa información adquieren productos que luego plastifican antes de llevarlos al mercado.
Modus Operandi de las familias de vendedores ‘dueños’ del Mercado Mayorista
Según una fuente bajo anonimato conocida como José, estos intermediarios no son productores, ni comerciantes directos.
Además, desempeñan un papel crucial en el abastecimiento del mercado al llegar con productos ya plastificados y listos para la venta.
El proceso continúa con un grupo de comerciantes que compra estos productos plastificados y los distribuye entre otros vendedores dentro del mismo mercado Mayorista.
Este grupo no solo facilita la distribución, sino que también influye significativamente en la fijación de precios de los productos.
Por otro lado, los «plastificadores», según señala José, manipulan los sacos de yute recortando las libras indicadas para enviar los productos con un peso inferior al indicado, lo cual maximiza sus ganancias en cada transacción.
Dentro del mercado Mayorista, los introductores tienen acuerdos con una destacada comerciante del sector de los tomates identificada como A. Cuadrado M.
Según José, A. Cuadrado M. monopoliza las compras en este sector, ejerciendo una influencia considerable sobre los precios.
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Beneficios y puestos de las familias en el Mercado Mayorista
Los grupos facticos operan de manera discreta dentro del Mercado Mayorista, utilizando su influencia para beneficiarse personalmente y manejar el mercado a conveniencia.
Según las intervenciones de José, A. Cuadrado M. declara poseer 3 puestos en el mercado, pero registros del portal EP EMMPA indican que ella y su familia controlan hasta 6 puestos.
Entre estos familiares se incluyen su hija Carrillo R. y un familiar, Cepeda M.
Además, bajo la influencia de familias como los Chavarrea, que se encuentran en la nave de cebolla colorada, varias personas controlan múltiples puestos.
Esta dinámica de poder se extiende a otras familias, como la de Guato M., beneficiario de puestos en el sector de tomates de árbol.
Todo esto junto con sus hijas Hernandez G. y Hernandez A., y su hermana Guato G., quienes también poseen puestos en el mercado.
El representante del sector de los ajos, H. Castillo, participa activamente en las sesiones del Concejo exigiendo la representación de comerciantes en los cargos directivos de la empresa.
Esta influencia se refleja en la distribución estratégica de puestos entre familiares como el tío de la esposa Vizueta C. y Vizueta M. Yuta.
Entre los grupos identificados dentro del Mercado Mayorista, destaca la presencia de fabricantes de embalajes como M. Llamuca, quien lidera ventas controvertidas.
Ventas y costos normalizados dentro del mercado
Según José, M. Llamuca vende un millón de sacos cada dos meses a un precio superior al costo normalizado, modificando las dimensiones de los sacos para maximizar sus ganancias.
Esta práctica ha generado críticas debido a su impacto en los productores y comerciantes del mercado.
Alonso, nombre protegido, menciona que M. Llamuca tiene vínculos con el personal interno, incluida D. Tenemaza, analista de Talento Humano, según testimonios recogidos.
El Mercado Mayorista no solo es un centro de transacciones comerciales, sino también un escenario donde varios grupos de poder compiten y colaboran para influir en las dinámicas económicas del sector.