El lamentable suceso ocurrió en el barrio Liribamba de la parroquia Licán, del cantón Riobamba, donde alrededor de las 10 de la mañana un niño de 10 años falleció, quien jugaba en un improvisado columpio ubicado en el patio de su humilde vivienda.
Dilan de 10 años era el cuarto hijo de seis hermanos. En la mañana estuvo acompañado por su hermano menor, pero no se sabe cómo ocurrió la muerte.
Tragedia
Su madre, María, lo encontró al regresar del mercado mayorista, llevándose el peor susto de su vida al ver que su hijo, quien por la mañana le dijo que no fuera al mercado, sin embargo, le explicó que regresaría pronto. El niño se quedó en casa porque más tarde tenía que ir a clases.
Una vez que la madre se dio cuenta de que el cuerpo del niño ya no tenía vida, dieron aviso a las respectivas autoridades. Fueron los miembros de la Policía y la Fiscalía quienes realizaron los trámites correspondientes para el levantamiento del cuerpo y su traslado al anfiteatro del Cementerio General de Riobamba, donde la médico legista de turno realizaría la necropsia que determina la ley en estos casos.
Mientras tanto, los familiares esperaban en el camposanto a las 16:30 horas la llegada del fiscal y de la médico legista que estaban de turno, para luego retirar el cadáver. A esa hora, ya estaba listo el cofre donde se colocarían los restos del niño fallecido.
Se supo que Ángel, el padre del menor, se encontraba en Guayaquil y, ante la desgracia y la muerte de su cuarto hijo, emprendió el viaje hasta la ciudad de Riobamba.
Por su parte, la teniente política encargada de la parroquia de Licán, Katy Servantes, lamentó lo ocurrido y confirmó que no estuvo en el sitio porque a esa hora participaba en una reunión en la Gobernación de la provincia. En todo caso, sabía que el cuerpo del menor sería velado en el domicilio y sepultado en esta ciudad.
Pequeño
La madre ya les había advertido anteriormente que no jugaran en el árbol porque podría pasar algo si no había nadie que los viera. Ayer, la madre se fue al mercado mayorista a vender verduras. Su hijo le pidió que vendiera rápido, a lo que ella respondió que sí y que volvería para llevarlo a la escuela.
Sin embargo, las cosas no ocurrieron como ella pensaba. Al regresar, encontró al niño sin vida, como dormido, y así se apagó la vida de un ‘Angelito’ que seguramente soñaba con estudiar y ser alguien importante en su vida. Los vecinos se solidarizaron por la muerte del menor, dejando dolor y tristeza a sus padres y sus cinco hermanos.