Siguiendo la lógica de comprender la situación del policía Santiago Olmedo y el uso progresivo de la fuerza, en primera instancia, se optó por preguntar a la ciudadanía qué opina sobre este tema en cuestión. En esta ocasión, el médico veterinario Edgar Samaniego analiza y da su percepción ciudadana. ¿Excesivo uso de la fuerza policial?.
¿Consideras que el tratamiento al caso del policía Olmedo ha sido justo?
Es un hecho que la inseguridad es una realidad que lacera a todo el país. Aquí en Riobamba no es la excepción. Y, dentro de todo este contexto, lo que ha ocurrido ya más de un año, con el policía Santiago Olmedo, me sorprendió. Por un lado, considero que, hasta donde sabía, con la versión de lo que había sucedido, él procede bien al momento de que quiere defender a este chico al que le estaban asaltando. Entonces, digamos, en una primera acción me parece correcto, justo y necesario. Pero, hasta donde sabía, un poco más, profundizando la noticia, creo que sí hubo un poco del abuso de la fuerza, la verdad. Es muy personal lo que yo pienso, porque se decía que, bueno, que eran más de una decena de balazos que reportan los médicos forenses. Entonces, creo que eso ya no es un tema de defensa personal, sino que me parece una agresión.
¿Piensas que no fue en legítima defensa de los otros?
Considero que ya es una agresión con la intención de infringir un mal a alguien. A mí parecer. Ese no es el objetivo, que debe tener la Policía Nacional, sino proteger, pero salvaguardando, también, la integridad y los derechos humanos, en la medida que se pueda. Obviamente, también está en su derecho de protegerse y poder ejercer su labor. Entonces, específicamente, respecto a lo que ocurrió con el policía Santiago Olmedo, en una primera instancia, considero que fue correcto. Yo pienso que, en ciertos casos, sobre todo si vemos que la víctima, en estos casos, tiende a ser afectada o agredida con un arma corto punzante, como se mencionaba, está bien ejerce la fuerza. No hay algo que mida cuánta fuerza tiene que utilizar, pero creo que sí está bien hacer el uso de esta con cierto límite. No hay que llegar al punto de querer valerse de eso para ir y matar a alguien. Creo que es justo que se pague cierta condena por parte del uniformado, pero tampoco considero yo, en lo personal, que deba ser la pena máxima. No lo considero y, por lo menos, es lo que yo pienso. Tampoco creo que sea un argumento válido para que, el resto de policías, diga no podemos trabajar porque no hay la oportunidad de hacer esto.
¿Con todo este contexto crees que es cierta la afirmación en la que se menciona que las leyes están defendiendo a los delincuentes?
La verdad, no pienso que directamente sea que todas las leyes están a favor de esto. Por lo que he visto, por el sector del Mercado Oriental, hubo un asesinato de un chico por quererle robar. Entonces, realmente, creo que la delincuencia tiene y está tomando medios más agresivos y, a lo mejor, la forma de responder, también deba ser un poco más severa. No digo que vayamos a matar, o que se justifique hacer algo de esa índole, pero sí habría que mejorar, en ese sentido. Si la delincuencia va con ciertas medidas, ¿por qué la Policía no? Lo que sí creo es que, en efecto, pienso que sí hay leyes o que sí se protege al delincuente, basándonos en el tema de los Derechos Humanos. A la larga, no está mal, pero —yo creo que los derechos universales son para todos— ellos están infringiendo directamente contra la vida o atentando contra la seguridad de otros civiles.
¿Confías en la institución como tal?
Justamente, desde hace mucho tiempo, estoy pensando eso. Considero que la Policía, realmente, es una institución que, de alguna manera, con los recursos se equipan, quizás, pero más en lo material que en lo logístico. Me da la sensación de que, realmente, no hay un plan, no hay una estructura lógica, para abordar este tema de la delincuencia. En efecto, uno no se siente seguro como ciudadano —yo en lo personal—, si cuando era adolescente no me sentía seguro, ahora considero que la ciudad es más peligrosa. Quizás, en este tiempo, me pongo en el lugar de mis padres y digo, ¡qué miedo da salir a veces! Hay que vivir con eso.