La educación en el Ecuador es un sector estratégico, siendo uno de los elementos que más importancia tiene en el desarrollo y crecimiento de un país. Especialmente por los niños, no se puede dejar a un lado el aplicar elementos y estrategias que garanticen un desarrollo integral en ellos. Anteriormente, en este medio de comunicación se hizo un análisis sobre la condición del analfabetismo concentrado en Chimborazo, pero, ¿qué tan relevante es, para un país y Estado tener a su población alfabetizada? Y ahora, también, educada en ética y valores.
Según el artículo “La importancia de la alfabetización”, escrito por Mabel del Carmen Then, investigadora, se asegura que las habilidades de la “lectoescritura constituyen un pilar fundamental en el ser humano”. Esto porque, más allá de cumplir con expectativas y objetivos educativos, corresponden a uno de “los andamios de la cultura actual”. Ese fue el análisis que se realizó anteriormente. Ahora, es preciso ahondar con un nuevo tema de debate que se adapta a la realidad del país: la integración de la ética y la cívica a la malla curricular: ¿Son necesarias para erradicar la corrupción?
La Estrategia Nacional Anticorrupción
El Gobierno Nacional lanzó, este julio de 2022, la Estrategia Nacional Anticorrupción. Este plan, hecho a través de un “decidido combate contra la corrupción”, busca confianza y credibilidad. Califica a la corrupción como un perjuicio para la sociedad, ya que se otorga una “menor dosis de confianza que los ciudadanos otorgan a las élites”. También, la falta de credibilidad en las autoridades —según el documento— es una de las consecuencias de la corrupción. Es por ello que desde el Ejecutivo, y su propuesta, se busca, con opiniones de la “sociedad civil”, es decir “organismos no gubernamentales, academia, medios de comunicación, gremios de empresarios y de trabajadores”, acciones para cumplir con una política nacional anticorrupción.
Esta estrategia nacional contempla el compendio de una consulta pública hecha a los actores de la sociedad ecuatoriana, anteriormente mencionada. En ella se definen las líneas “estratégicas identificadas a partir del proceso de consulta pública” a los involucrados. Entre ellas también se encuentran medidas a adoptar en la educación, ya que la califican como “fundamental”.
Cívica y ética, ¿necesarias en la educación?
En el documento se asegura que se debe “destacar la importancia que reviste la educación en valores y lucha contra la corrupción”. Según se menciona, éste ha sido el tema, concepto que ha sido más reiterativo respecto a la consulta y participación de los sectores sociales que fueron tomados en cuenta. Asimismo, se acepta —como una máxima— que la “educación es fundamental para generar cambios estructurales en toda la ciudadanía, y que esta se puede enfocar en diferentes niveles”.
Llega, principalmente, por la familia, después toma protagonismo el sistema educativo y la formación ciudadana. También se resalta que “se requiere una formación a funcionarios públicos para dar respuesta a la corrupción”. Es por ello que se concluye que es necesario hacer énfasis “en que la educación en valores y ética debe retomarse en la malla curricular”.
Entre las cuestiones que se destacan por parte de la ciudadanía -en el documento- se apunta que, en este sentido, se debe crear una consciencia compartida sobre la corrupción. En esto forman parte fundamental ciertas instituciones, destacándose la academia, el Ministerio de Educación y organizaciones sociales especializadas “en temas de transparencia y lucha contra la corrupción”.
Pero… ¿qué ocurría en el pasado no muy lejano?
El pensamiento popular asegura que la sociedad era “menos corrupta” en el pasado puesto que, desde la infancia, en las escuelas se les educaba en valores, y el “amor a la Patria”. Existe cierta “nostalgia” hacia los contenidos de las aulas de otrora. Y esta noticia fue recibida con agrado por ciertos usuarios de las redes sociales, como Twitter: “Qué falta que hacen estos valores”…
Aunque, de la misma manera, existieron críticas que mencionaban que personajes “cuestionables” de la historia del país recibieron estas materias y no se obtuvieron los mejores resultados. Aunque, se sabe y se ha escrito que toda generalización es falsa. Incluso uno, en tono irónico, afirmó que la cívica y la ética eran las materias favoritas de Abdalá Bucaram Ortiz.
En todo caso… ¿recibir ética será lo mejor?
Durante esta semana se abordarán distintas perspectivas docentes y de varios especialistas para comprender el papel de volver a integrar las materias de ética y cívica. Esto con el fin de combatir a la corrupción y no se geste desde los más pequeños y vulnerables, como son los niños. ¿Será la estrategia del Gobierno Nacional la más adecuada para erradicar este histórico mal?