Es tiempo que algunos estrenen su inteligencia. Mientras la ignorancia impere en tumulto, el mundo seguirá en indolente luto” (JAMG) es el refrán que cae como “anillo al dedo” a la lacerante realidad que afronta nuestro país y buena parte del “Planeta Azul” que, insulso, no atina encontrar mecanismos de respuesta válidos para enfrentar a un temido virus de Oriente que lo ha puesto en jaque y, sobre todo, denota poseer mayor inteligencia que la humanidad, y ni así reflexionamos en lo que es correcto, toda vez que, al parecer, no podemos vanagloriarnos de conocer su significado.
Y es que “la razón no pide fuerza”, y más aún cuando la integridad personal y la defensa de la vida propia, la cercana y la ajena, el bien supremo por excelencia, el mismo que es irremplazable por su naturaleza, está en juego, pero nada que ver, frías cifras estadísticas demuestran quién va ganado la cruenta batalla, y no precisamente son los seres -supuestamente- “dotados de inteligencia”. Al parecer, el no sentirse cercano a la enfermedad hace que no se la respete y, es más, se la subestime, es decir, profesando a nivel supremo aquello de que “la ignorancia es atrevida”.
Y precisamente son muchas de esas personas indolentes las que “ponen el grito en el cielo” ante la sola posibilidad de disponerse un nuevo confinamiento, aduciendo que la situación económica no da para más, aunque de manera insensata toman parte activa de reuniones clandestinas, fiestas de graduación o matrimonio, se citan entre amigos para “amarradas pichangas” futboleras o “impostergables y reñidos” partidos de vóley, van a centros de diversión nocturna (cabarets, bares u otros), salen a la calles a darse vueltas por el “tontó-dromo” so pena no ser considerados “buenos riobambeños” -¿?- o aprovechan el menor feriado para ir a las playas como “mecanismo de relax” ante la trágica realidad, es decir, haciendo mil y un méritos para que el virus se siga expandiendo y los cementerios se sigan llenando. Por amor a Dios o lo que se crea, ya es tiempo que muchos estrenen su inteligencia, y lo decimos con el debido respeto..