Hace dos años, Elena: “somos productores y vendedores” decidió emprender un negocio con un enfoque único y prometedor: harinas frescas, puras y orgánicas. Su pasión por ofrecer productos saludables y de alta calidad llevó a la creación de su emprendimiento, el cual desde entonces, ha cautivado los paladares de los clientes.
Historia. Uno de los productos estrella de “Panirosa” son las galletas de harina de quinua, una alternativa saludable y deliciosa para las galletas convencionales.
Elena afirma que el sabor de sus harinas es completamente distinto al de las comerciales, gracias a la cuidadosa selección de ingredientes y al proceso de producción artesanal que emplea. Elena no solo es la mente maestra detrás de la marca, sino que también produce, procesa y vende. Desde la siembra hasta la venta final, ella y su equipo se encargan de elaborar cada producto con dedicación y esmero. Para dar a conocer su emprendimiento, Elena participa regularmente en las ferias locales que se organizan.
Los días miércoles, se puede encontrar en la Plaza Alfaro, mientras que los sábados se ubica en el parque Sesquicentenario con la feria “Plaza Vida”.
Elena se muestra agradecida por el apoyo que ha recibido de la ciudadanía. Reconoce que, poco a poco, las personas han ido reconociendo el valor de los emprendedores y han optado por apoyar iniciativas locales con entusiasmo e invita a la comunidad a seguir respaldando a los emprendedores locales, ya que son una parte vital de la economía y el desarrollo de la ciudad.
En medio de su agradecimiento, Elena no olvida mencionar a la Fundación Maquita, una organización de mujeres que tuvo un papel fundamental en su emprendimiento. Esta fundación ha brindado apoyo y asesoramiento a Elena y a otros emprendedores, ayudando a desarrollar sus ideas y superar obstáculos. El emprendimiento de Elena Coro, “Panirosa”, es un ejemplo inspirador de como una pasión por la alimentación saludable y la dedicación a la calidad pueden llevar al éxito.