¿Por qué se genera el acoso?, ¿quién es el o la responsable de que este acto se realice? ¿Se ha normalizado la violencia hacia las mujeres a tal punto de considerarlo normal concebir a la mujer como una propiedad de los hombres? En el Ecuador existen varios mecanismos legales en los que los comportamientos que podrían irse en contra de la integridad física, psicológica, incluso sexual de niñas, adolescentes y mujeres, están penados. Por ejemplo, el COIP, o la Ley para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, expedida en 2018. Nieves Rico, antropóloga, asegura que este problema, la violencia de género, es un problema de Derechos Humanos. El mayor miedo es no volver con vida.
Esto quiere decir que esta coyuntura no responde solamente a la condición de las mujeres como factores vulnerables de la sociedad, sino, a todas aquellas personas que sean vejadas en su dignidad humana por la manifestación de su género. “Si bien las violaciones de los derechos humanos afectan tanto a los hombres como las mujeres, su impacto varía de acuerdo con el sexo de la víctima”. La autora asegura que la violencia de género está “directamente vinculada a la desigual distribución del poder y a las relaciones asimétricas que se establecen entre varones y mujeres en nuestra sociedad”. La egresada de Derecho, Alejandra Arias, por la Universidad Nacional de Chimborazo manifiesta cuáles son los mayores temores que se tienen como mujer, y si la institución de educación superior, en la que estudió, le ofreció los mecanismos necesarios para denunciar posibles casos de acoso, abuso o violación sexual.
¿Qué tan peligroso es ser mujer en Ecuador?
Yo creo que las mujeres no estamos seguras aquí en el país, al 100%, y no al mismo nivel que un hombre. Por ejemplo, ellos tienen más seguridad y confianza al momento de salir. Hay mucha diferencia en cómo un hombre y una mujer hacen toda su rutina, o proceso, para salir a la casa y dirigirse al lugar de estudio o de trabajo. Las mujeres pensamos qué pasará si tomamos el bus, o taxi, si es que es mejor ir a pie, qué calles tomaré. Es horrible pasar, por ejemplo, por mecánicas donde, generalmente, los hombres son bastantes morbosos. Cualquier lugar es un posible punto de peligro. Yo, en donde vivo, hay una calle por la que no cruzo, jamás paso por ahí. Me voy por otro sitio, aunque me quede más lejos. Yo quiero estar segura.
¿Cuál es el mayor temor que tienen las mujeres al momento de salir?
El mayor miedo, siento que es no regresar jamás, que me maten en el camino. Aunque es lamentable, algunas ya estamos acostumbradas a que nos acosen.
¿Crees que las instituciones educativas, sean básicas o superiores, son un lugar seguro para las niñas, adolescentes y mujeres?
No, no estamos seguras, tampoco, las mujeres en el campo educativo, ni en el laboral. Lo que más me preocupa es por las niñas y adolescentes en este espacio. Falta una cultura de respeto y entender que es otro ser humano al que no se debe violentar. Esto es producto de la cultura machista que, no sé si sea solo latinoamericana, pero es demasiado. Yo siempre tuve miedo cuando tuve profesores varones. Por eso he sido recelosa de acercarme mucho, porque ellos son como una autoridad, y ese es el problema. Nos educan en una forma de hacer caso a los mayores de una manera ciega.
¿Tu universidad te aseguró los mecanismos a los que puedes recurrir si es que se presentan estos casos?
No hubo una charla tan específica. En tercer semestre un partido político de la ‘U’, llegó con unos volantes que hablaba sobre el acoso por parte de los docentes. Nunca dieron una respuesta válida de qué protocolos activarían si se llegasen a presentar estos casos, más bien parecía una estrategia para exponer a víctimas de esta clase de agresiones. Desde el Departamento de Bienestar Estudiantil, nos dijeron que también podíamos acercarnos para tratar el tema. Pero, yo vi en un caso tan simple, en el que le acompañé a una amiga al DEBEYU, para que le otorguen ayuda psicológica. El departamento fue inmediato. Pero el problema del apoyo psicológico, fue que no se tiene como una atención personalizada por parte de la especialista, ya que tiene que abordar a toda la comunidad universitaria que requiera este servicio. No hay tiempo suficiente. Hay que buscar ayuda por fuera, pero no todos tienen los recursos suficientes para pagar esto. El DEBEYU, en ese sentido, llevándonos donde el especialista, es bueno. Pero el problema radicaría en que no se tiene la capacidad para atender a tantos estudiantes. Por otra parte, es igual importante trabajar en esta cultura del respeto, y que no se culpe a las víctimas de agresión cuando decidan hacer las denuncias. Desde la casa debe venir la educación. El mayor miedo es no volver con vida.
1 Ser mujer La egresada de la carrera de Derecho asegura que ser mujer es peligroso y complicado en el Ecuador por el acoso constante. 2 Las niñas Arias asegura que los planteles educativos no son seguros para los niños, niñas y adolescentes por los casos que se han presentado. 3 La Unach Alejandra Arias manifiesta que el centro de educación superior sí les socializó qué hacer en estos casos, pero hay que mejorar |