Desde el proceso que buscaba la despenalización del aborto en casos de violación, una de las instituciones representativas del país manifestó su evidente postura en contra. Así, el 13 de enero de este año, la Iglesia envió una carta abierta a la Asamblea Nacional, en la que expone su posición acerca del proyecto de ley que busca garantizar la interrupción voluntaria del embarazo en casos de violación a niñas, adolescentes y mujeres. El Estado debe ir a la causa.
En el documento, la Conferencia Episcopal Ecuatoriana asegura que “ninguna norma internacional, ni nacional, reconoce al aborto como un derecho”. De la misma forma, cita el artículo 45 de la Constitución, el que protege la vida desde la concepción. Las críticas hacia este proyecto de ley indican que el cuerpo legal “parte de dos presupuestos sin fundamento: que el aborto es un derecho y que la vida humana no comienza con la concepción”. Así, el padre Javier Garcés, administrador de la Pastoral de La Catedral de Riobamba, sostiene que este proceso responde a un mal uso del poder.
¿Cuál fue la reacción de la Iglesia tras la despenalización del aborto en casos de violación?
Primero le entregamos, al que nos dio la vida, estos momentos difíciles, de confusión que vive la sociedad, empezando por la familia. Luego, desde la verdad, mantenemos nuestro criterio, nuestra enseñanza que tiene sus raíces en el Evangelio de Jesucristo. Nosotros no estamos para protestas, nosotros rezamos y apoyamos con la verdad a quienes tengamos que apoyar.
¡¿Qué posición adopta la Iglesia cuando se la critica por tomar una postura en situaciones de política pública?
Siempre optamos por el respeto, ante todo. Consideramos que no se debe desinformar con criterios que pueden, incluso, engañar a las personas. Siempre es buena la pluralidad de ideas, eso enriquece el pensamiento. Ojalá podamos encontrar puntos positivos que nos encuentren y avancemos juntos por la vida.
¿Cuál es la mayor preocupación de la Iglesia en este asunto?
El mal uso del poder. La Corte Constitucional no puede legislar, y se influyó en los asambleístas para actuar con un pensamiento interesado. La Carta Magna menciona otra cosa: hay que defender la vida desde la concepción. Con estas discusiones solo se llega a confundir a la gente. La Corte debe defender el contexto constitucional, como su mismo nombre lo indica.
¿Se tienen propuestas para evitar estas confusiones presentadas?
Hemos estado prestos para informar sobre esta situación, aprovechado las redes sociales. No invitamos a la gente a que proteste, ni que odie a quienes defienden el aborto en casos de violación, solo queremos que la verdad esté de por medio. Se debe defender la Constitución y no interpretarla según otros criterios, eso lleva a la gente a la confusión.
Entonces, ¿el artículo 45 de la Constitución Política no está sujeto a interpretaciones?
El artículo es textual: Defender la vida desde la concepción. No caben interpretaciones.
C ¿Se salva una vida solo con dejarla nacer?, ¿no hay que asegurar también la calidad de vida?
El país está moviéndose a favor de la adopción para que se dé más celeridad en los procesos. El rol es del Estado, pero nuestra realidad no se presta para esto. Se llega a este punto porque las mujeres se sienten desamparadas y lo obvio es que piensen en sacarse un problema de manera temporal, es decir, abortando, destruyendo una vida que no pidió ser engendrada. La responsabilidad del Estado es atacar la causa y no los efectos. Aquí el problema no es el embarazo, es la violación, las relaciones sexuales irresponsables. El Estado debe llegar con propuestas educativas.
¿Qué podría hacer la Iglesia Católica para que las víctimas se sientan acompañadas?
Nosotros somos una cuestión subsidiaria. Hacemos lo mejor que podemos con lo que tenemos, defendiendo siempre lo que hay que defender.
¿Qué piensa que ocurrirá si el proyecto de ley llega al Registro Oficial sin las objeciones del presidente Lasso?
Se buscará un amparo constitucional y, sobre todo, citaremos el artículo 45 de nuestra Constitución.
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