La pandemia fue una de las causas que reactivó el tema de la migración y fue en este tiempo cuando una gran cantidad de ecuatorianos decidió salir en busca de mejores oportunidades. Estados Unidos es el destino más frecuentado y, para llegar hasta allí, la mayoría lo hacen de manera ilegal pagando fuertes sumas de dinero a los “coyoteros”.
Testimonio. “Cecilia” relató lo que vivió junto a su pequeña niña de dos años en el trayecto de un mes de viaje para llegar al país americano, en donde también reside su esposo.
Trayecto. El viaje inició el 9 de mayo desde el Aeropuerto de Quito hacia Nicaragua, luego avanzó en un taxi hasta Honduras, y en este sitio permaneció por una noche y un día. Posteriormente, en horas de la madrugada fue trasladada en motocicleta, “solo con un pequeño bolso y abrazada fuertemente a mi niña subimos por una montaña hasta El Carmen”, expresó.
Las circunstancias de los migrantes
Situación. Los “pasadores” usaron varios medios de transporte para avanzar hasta el destino final, y en este punto la ciudadana dijo que se movilizó en un bus y en el sector del río Negro se reunieron 7 personas, de distintos países, y ahí les recogió un furgón, “eramos 4 personas con niños pequeños, entonces nos pusieron en la cabina, atrás del conductor”, señaló.
Detalles. Y fue ahí cuando evidenció que “los choferes y los ayudantes fumaban droga”, y de esa manera manejaron a gran velocidad, a fin de que la migración no los alcance. Pero esta vez los frenos del furgón fallaron, “yo solo le abracé a mi hija y, como en un sueño, empecé a cobrar la conciencia: estaba llena de sangre, me ayudaron a salir, pero de inmediato todos corrieron, porque se acercaban los policías”, rememoró.
Caso. El grupo de migrantes regresó al punto más cercano: Guatemala, y luego de restablecerse un poco, al siguiente día, emprendieron nuevamente el viaje, y esta vez sí lograron llegar a la frontera. “Fueron días insoportables, con bastante calor y otros días demasiado frío; yo, con la herida de la cabeza y mi pierna hinchada, solo le pedía a la Virgencita que me regale fuerzas”, puntualizó.
Causas. El esposo de Cecilia también migró hace varios años, y antes de la pandemia regresó con el objetivo de quedarse en su país; sin embargo, las oportunidades de trabajo eran escasas y no le alcanzó para subsistir con su familia y, por otro lado, la mujer perdió su empleo con la pandemia.
Por último. El hombre inició el viaje mucho antes y se demoró dos meses en llegar, y luego la mujer y la niña; finalmente, por fin, han cristalizado el “sueño americano”.