Marcelo Méndez manifestó que la muerte cruzada se debe utilizar en un caso extremo, es decir, esto cuando ya no haya como lograr consensos entre los poderes Ejecutivo y Legislativo. ¿El diálogo podría evitar una crisis política?
¿Qué nos puede decir en relación a una posible muerte cruzada o la disolución de la Asamblea Nacional en el Ecuador?
Constitucionalmente existe esta posibilidad, que se la pueda aplicar todavía es discutible; estamos superando a penas los 100 días de gobierno del actual presidente, pero ya vemos que las tendencias en cuanto a credibilidad y popularidad de cada una de las instituciones ya se han manifestado con contundencia: el presidente Guillermo Lasso ha subido su popularidad de 70 a 75% y su credibilidad bordea el 70%, mientras que la Asamblea Nacional ha caído drásticamente, a penas está superando el 20%, y esto es en sí la medida que la ciudadanía está perdiendo su fe en las institucionalidad del país.
¿Hace falta promover nuevas leyes para emprender el desarrollo de los ecuatorianos?
Existen muchas leyes y muchos acontecimientos vitales por las situaciones que está ocurriendo que no tienen una respuesta oportuna y adecuada de parte de la Asamblea Nacional, y nos ha sorprendido como un ejemplo puntual la actitud de los asambleístas como de UNES en Manabí que se oponen al radar de Montecristi, el cual permitiría un mejor control de la zona, en tiempos en los que se ha exacerbado la actividad narcotraficante originada en México y que nos ha costado sudor y lágrimas que nos complica como país, pero haciendo argumentos absurdos, como patrimoniales o de agua, quieren beneficiar precisamente a las personas que no hay que beneficiar.
¿Hay criterios divergentes en tal virtud?
Hay gente que busca el caos y una anarquía que no es ideológica sino más bien un terreno donde ciertas fuerzas políticas, como ciertas áreas de Pachakutik o el correísmo, sí se sienten cómodas en el caos; entonces, a las acciones positivas que realiza el gobierno las tildan de negativas; sin embargo, de todo este movimiento, el hablar de una muerte cruzadas es demasiado radical y no se han consumido todas las posibilidades de los diálogos como para decir que es una alternativa; aplicar una muerte cruzada podría ser inoportuna y contraproducente. Si bien está en la ley podría ser en verdad contraproducente.
¿Es posible seguir buscando el diálogo para alcanzar los acuerdos entre las dos partes?
El diálogo es la única alternativa que nos podrá sacar de la pobreza, tenemos que estar pendientes de una ley que está por aprobar y que la pintan de inadecuada normativa que favorece a los empleados, sin embargo esa misma ley puede dar oportunidad a muchas personas, y sin conculcar derechos de otras personas que están amparadas bajo el régimen actual; entonces, defender a los trabajadores implica defender solamente a los que tienen o no tienen trabajo, sino también defender a las personas que no tienen trabajo, la incidencia de la informalidad laboral en el Ecuador es aberrante y gravísima.
Sin ir muy lejos, no existe la posibilidad de contratar a una persona que nos ayude con un evento. Cuántas personas en la ciudad de Riobamba se podría contratar si es que no fuera tan complejo y oneroso el dar la oportunidad a quien desea trabajar, esos son temas que tiene que manejar la Asamblea y que reclama la ciudadanía y que también se manipula a la ciudadanía desinformando, y nosotros queremos que nuestro pueblo reciba más que dádivas, que es lo que se ha estado regando. Este momento el pueblo lo que quiere es trabajo, y todavía no es oportuno, pero ya se van viendo hacia donde se alinean las fuerzas políticas.
¿Una crisis política generaría el caos en el país?
En la actualidad, hay demasiado capital político para poder arriesgar, este momento en el gobierno hay suficiente capital político que le permite ejecutar las cosas, y no pueden arriesgar, y si los asambleístas no quieren dialogar; entonces, ¿qué hacen en la Asamblea? deberían dejar el puesto y salir a tirar piedras, porque la función de un asambleístas es dialogar, es algo similar que un futbolista diga que no puede patear la pelota.
¿Y el futuro?
Tal vez mejore el panorama, hay que juzgar las acciones desde la madurez política.