Carlos Solís, un ejemplo de honestidad y responsabilidad, demostró al dirigir la Educación y Cultura en la provincia de Chimborazo.
Ejemplo de honestidad y de gran responsabilidad dejó en la educación y Cultura el maestro Carlos Solís, quien nació en Chillanes.
Casi nunca se enojaba, los problemas solucionaba con consejos y diálogo. La educación lo consideraba como una herramienta de transformación.
Nació en la provincia de Bolívar y se casó con Alba Violeta Carrera Simon en Echandía, profesor normalista, toda su vida ha estado vinculado a la educación.
Trabajó en la escuela de Punín
En Chimborazo fue profesor y director de la Escuela Javier Sáenz, de la parroquia Punín.
En dicho lugar gestionó obras para la escuela y también promovió la construcción del Hospital de la Consolata con el apoyo de Italia.
A nivel educativo ocupó la presidencia de la Unión Nacional de Educadores de Chimborazo, Director Provincial de Educación.
Ocupó el cargo de presidente vitalicio de la Sociedad Pedro Vicente Maldonado, Director de Cultura del Municipio de Riobamba; miembro del Ateneo de Chimborazo.
Compartió honestidad y responsabilidad en el Partido Socialista
En lo político toda la vida fue Socialista y ejerció el cargo de concejal del cantón Riobamba, trabajó con Edelberto Bonilla Oleas cuando ocupó el cargo de presidente del Congreso Nacional.
Igual estuvo muy cerca de la administración de la alcaldía de Fernando Guerrero que también fue Socialista. Soñaba con la construcción del Planetario pero no logró.
Carlos Alfredo Solís Viscarra transmitía valores y principios a sus cuatro hijos entre ellos respeto, responsabilidad, honestidad, compromiso, lealtad y solidaridad.
Los cuatro hijos que heredan el legado de su padre son: Edgar, Daysi, Paola y Juan Carlos.
Su compromiso con la enseñanza se hizo evidente en cada palabra, en cada gesto de aliento, en cada lección impartida.
Enseñaba con la pasión porque la educación es el pilar de una sociedad justa y libre.
En lo educativo compartió sabiduría
Como docente, inspiró a sus alumnos con su sabiduría y entrega, dejando huellas imborrables en quienes tuvieron el privilegio de aprender de él.
Como dirigente de la UNECh Luchó por la dignificación de la labor del docente, abogó por mejores condiciones para los niños y jóvenes.
Carlos Solís convirtió la educación en una verdadera herramienta de transformación social.
Pasión por la educación superior
Su pasión por la educación superior lo llevó a dirigir la sede de la Universidad de Guayaquil en Riobamba.
Promoviendo el acceso a la educación universitaria y apostando por el crecimiento académico de los jóvenes chimboracenses.
También fue parte de la creación del antiguo colegio Pitágoras, un sueño hecho realidad para muchas familias que deseaban una formación de calidad para sus hijos.
Pero más allá de su impecable trayectoria profesional, Carlos Alfredo Solís Viscarra fue un padre excepcional, un abuelo consentidor, un amigo inquebrantable.
Su hogar siempre estuvo lleno de amor, de risas, de consejos sabios y de brazos dispuestos a sostener a quienes acudían a él en busca de apoyo.
Su presencia era un refugio de sabiduría y bondad.
Nos deja el desafío de seguir su ejemplo, de continuar con su lucha por una educación de calidad, por una cultura vibrante, por una comunidad unida.