A pesar de que la crisis de seguridad ha estado presente durante casi tres años, Ecuador experimentó su punto más bajo en 2023 al registrar una tasa de muertes violentas que supera las 40 por cada 100.000 habitantes, posicionándolo como el país más violento de América Latina.
La magnitud de la problemática es sumamente inquietante, dado que en Ecuador, prácticamente, cada hora transcurre con la lamentable pérdida de una vida en medio de un contexto de violencia criminal. Este sombrío escenario acumuló un total de 7.497 muertes violentas hasta el 17 de diciembre del año pasado.
La perspectiva para el cierre del año 2023 no ofrece consuelo, ya que se prevé que Ecuador termine con una tasa de muertes violentas fluctuante entre 40 y 42 por cada 100.000 habitantes. Esta situación coloca al país en la incómoda posición de ser considerado el más inseguro y violento de toda América Latina, según advirtió la especialista en temas de seguridad, Carolina Andrade, durante una entrevista con Efe.
La gravedad de esta problemática encuentra un claro reflejo en Nueva Prosperina, un barrio situado al sur de Guayaquil, la capital de la provincia costera de Guayas. En este sector, la tasa de muertes violentas alcanza los 114 por cada 100.000 habitantes, consolidándose como uno de los índices más elevados a nivel mundial. Este panorama crítico exige una acción urgente y coordinada para abordar las causas subyacentes de la violencia y restablecer la seguridad en la sociedad ecuatoriana.