Dolarización en Ecuador cumple 25 años: Historia y testimonios

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Se cumplen 25 años de la dolarización en Ecuador, aquí te traemos parte de su historia contada por testimonios de riobambeños.

Dolarización en Ecuador cumple 25 años: Historia y testimonios
Dolarización en Ecuador cumple 25 años: Historia y testimonios. http://laprensa.com.ec

Hace 25 años, un 9 de enero del 2000 la economía ecuatoriana se acogió a la dolarización, medida que fue una solución desesperada para apaciguar la crisis financiera que se arrastraba décadas atrás.

Así lo afirmó Mauricio Rivera, ex gerente regional de la Corporación Financiera Nacional de los 2000.

El problema que tenía el país en esa época (1999) es que la inflación estaba sumamente acelerada, estábamos ya en una inflación del 125% aproximadamente.

Mauricio Rivera, economista.

Es decir, los ecuatorianos gastaban más de los que producían. Y cuando no tenían efectivo, el Estado imprimía más billetes sin justificarlo con los costos reales de producción.

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Este colapso monetario, acompañado de una crisis bancaria que llevó al congelamiento de depósitos y al cierre de varias instituciones financieras, generó una pérdida de confianza en el sistema financiero y en la capacidad del Estado para manejar la economía.

La incertidumbre económica empujó a los ciudadanos a refugiarse en el dólar como mecanismo de protección contra la inflación y la devaluación.

Este fenómeno, bautizado como “dolarización informal”, según Rivera, creó un desequilibrio mayor en la economía nacional, aumentando la demanda de dólares y acelerando la depreciación del sucre.

En consecuencia, meses después el gobierno de Jamil Mahuad declaró el dólar como única moneda válida en el país.

Testimonios de la dolarización en Ecuador

Ciudadanos de Riobamba recuerdan la dolarización. http://laprensa.com.ec

El cambiar de dólares a sucres transformó la vida de todos los ecuatorianos. Mientras caminamos por las calles de Riobamba, nos topamos con Flor de Vásconez, quién nos contó su experiencia.

Recordó que tenía 30 años cuando tuvo que adaptarse a este gran cambio económico, que la obligó a dejar su carrera como enfermera para dedicarse a sus hijos.

Mientras su esposo, doctor en el Policlínico, debía esforzarse para llevar el pan a la mesa y aunque varios de sus colegas salieron del país, ese no fue su caso. “Todo el mundo pensábamos en migrar, pero era imposible con niños”, afirmó.

En una de las bancas del parque Sucre, Víctor Hugo descansaba, nos contó que, en esa época él tenía 65 años y aún trabajaba como supervisor de educación, por lo que ganaba 6 mil sucres para mantener a sus 5 hijos.

Con el cambio de moneda, su salario básico era de USD 125, lo que lo orilló a buscar varios empleos más para proveer a su familia.

Asimismo, comentó que antes, 5 unidades de pan solían costar 1 sucre. Luego, la inflación causó que nisiquiera la unidad de pan costase tal cantidad. Sin embargo, su esfuerzo no fue suficiente, por lo que su familia se quebró.

«Dos de mis hijos se fueron, tenían 18, 23 años, se fueron jovencitos y aún siguen allá. Fue lo mejor, aquí los sueldos eran de hambre”, lamentó con tristeza Hugo.

Asimismo, Elizabeth Villa, que en aquella época iba a la escuela, no podrá olvidar cómo con un billete de 100 sucres alcanzaba para comprar varias cosas en su recreo, y hasta le sobraba para el día siguiente.

Con el sucre yo creo que éramos los niños más felices, mientras que con la dolarización uno ya se veía más empobrecido.

Elizabeth Villa, ciudadana.

Testimonio de migración por la dolarización

Fotografías del álbum de Mercedes.
Fotografías del álbum de Mercedes.http://laprensa.com.ec

Mercedes Jiménez recuerda con claridad el día que dejó Ecuador. Tenía 26 años y una decisión difícil por delante: abandonar su hogar ya su hijo de ocho años para buscar una vida mejor en España.

«Las cosas se ponían de mal en peor. Los precios subían sin control, y no había dinero que alcance», explica, evocando los años anteriores a la dolarización, una época que obligó a miles de ecuatorianos a emigrar.

La travesía no fue sencilla. Con una bolsa que contenía USD 2 mil prestados y una deuda que superaba los 15 mil en sucres, Mercedes abordó un avión rumbo a Murcia.

El pasaje me costó mil quinientos dólares, pero entre intereses y costos adicionales terminé pagando mucho más. Me endeudé hasta el cuello para salir.

Mercedes Jimenez, migrante.

Murcia se convirtió en su hogar por 13 años. «Al principio trabajé cuidando a una anciana. Vivía encerrada, libraba apenas cuatro horas cada quince días», comenta sobre los años más duros.

A pesar de la soledad, envió remesas a Ecuador para mantener a su hijo, ayudar a su madre y ahorrar para una casa. «Había meses en los que enviaba hasta USD 600. Todo era para mi familia y mi sueño de regresar», asegura.

El regreso llegó gracias al llamado del ex presidente Rafael Correa en 2009, quien invitó a los migrantes a volver con la promesa de un país lleno de oportunidades.

Decían que las cosas estaban mejor y quería estar con mi familia. Había perdido demasiados momentos importantes.

Mercedes Jimenez, migrante.

Mercedes volvió en diciembre de 2012. Con los ahorros que trajo, compró un terreno en Guayllabamba y fundó su negocio de granolas, al que llamó «Granolas La Maná». “

Entre lágrimas y sonrisas, asegura que su historia es una prueba de que el sacrificio puede convertirse en esperanza y prosperidad. Pero sobre todo de que, a pesar de un pasado doloroso, uno siempre puede volver a casa, Ecuador.

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