El desfile de la Alegría por los 200 años de Chimborazo se realizó con casi 2 horas de retraso, a más que el prefecto llegó atrasado
Desfile de la Alegría por los 200 años de Chimborazo se tomó la avenida Canónigo Ramos desde el sector de La Campana hasta el parque Sesquicentenario.
Pero, desde temprano, la impaciencia se empezó apoderar de los pocos asistentes al desfile de la Alegría organizado por el Gobierno de Chimborazo.
¿Por qué? El evento estuvo definido para las 09:00 h, y nada que iniciaba, lo que aumentó la molestia ante el inclemente Sol que decía presente.
Desfile de la Alegría bajo inclemente Sol
Bordeando las 11:00 horas los acordes de la Banda de la Policía Nacional daban cuenta que el desfile arrancaba.
Pero, se notó la ausencia, en el bloque de autoridades, del prefecto Hermel Tayupanda Cuvi, que arribó a la tribuna pasadas las 11:24 horas.
Lo destacable fue la entrega de los integrantes de las comparsas y delegaciones de todas las jurisdicciones de la provincia que, pese al solazo que reinaba, entregaron lo mejor de sí.
Cada una de las interpretaciones arrancó los aplausos de los pocos asistentes a la actividad.
Chimborazo: “Todos a festejar”
Si bien la provincia atraviesa horas magras, por los hechos conocidos por todos, el día revestía fiesta, era el criterio general.
Así, las autoridades -o sus delegados- y las reinas que se hicieron presentes señalaron que sabrán reponerse a la adversidad que nos azota.
Asimismo, la aspiración es que este momento de festejo debe constituir un punto de partida para cambiar la lacerante realidad actual.
Comercio con horas bajas
“La verdad, no se vendió casi nada”, dijo Andrea, quien portaba 2 fundas grandes de cueritos reventados y notaba en sus ojos un halo de decepción.
¿A qué se debe?, “no había gente como en otros desfiles”, manifestó.
José Luis sacó unas banquitas de madera para ofertar, pero los 3 dólares que ofertaba eran «mucho» para los escuálidos bolsillos de los asistentes.
«Gustaron las banquitas, pero no quisieron pagar el precio, a más que decían que hay espacio lo que quiera«, señaló.
Además, se pudo apreciar filas de bancas vacías que no se alquilaron, y ni hablar de niños ejerciendo trabajo infantil.