Para ‘David’, nombre protegido, en su mente los esferos azul y rojo se convertían en luchadores y su pupitre simulaba ser el ring; ello mientras la voz dispersa del docente explicaba la tabla de multiplicar. Tal situación, fue observada por su madre, quien asumió que no era un comportamiento normal; lo llevó al psicólogo y así descubrió que su hijo padecía del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Déficit de atención en los infantes.
Sin embargo, no todos los infantes corren la misma suerte, a muchos solo se los considera como niños problema, son rezagados e incluso maltratados.
A saber. Salomé Polo, nueropsicóloga, explica que el déficit de atención en los manuales de trastornos mentales es denominado como ‘Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad’ (TDAH). El cual suele presentarse generalmente en niños y puede constatarse cuando no tienen la capacidad de dejar a un lado aquellos estímulos que no son importantes para realizar una tarea y quienes lo padecen no están en la capacidad de seleccionar a que atienden y a que no. A su vez, el trastorno puede tener varios orígenes genéticos y hereditarios o también puede desarrollarse por falta de motivación en ciertas tareas.
Síntomas. Polo, explica que por lo regular, es en las escuelas donde se puede identificar que los infantes presentan problemas de concentración; ya que, se concentran o se dejan llevar por otros estímulos externos como: la ventana, lo que hace el compañero, sus materiales escolares, se pasean por el aula, suelen perder su uniforme, no copian las tareas, entre otros. Y los niños que también tienen hiperactividad, suelen tener mucha energía, interrumpen cuando la maestra habla o no controlan sus impulsos.
Ayuda. Los docentes que tengan estudiantes con TDAH es importante que sean pacientes, deben prestarles más de atención, organizar tareas específicas para cuando ya hayan acabado las asignadas y contar con estrategias para cuando el niño esté ansioso o pierda atención, finalizó Polo.