Han transcurrido casi dos meses desde que de una de las paredes de la Casa de la Cultura de Chimborazo se retiró el mural de Luis Alberto Costales, filósofo e historiador riobambeño. En su reemplazo se pintó el mural que lleva el nombre de “Katari”, que significa “Identidad”, del artista Jorge Apugllón. Ahora se suscitó un caso similar con el mural ubicado en “La Y” de Licán, de la artista Cecilia Piedra Orozco. Defensa de mural de la parroquia Licán.
Desde el miércoles se evidenció que el mismo está siendo retirado y aunque se han solicitado documentos para conocer cual es la entidad o persona que ha solicitado su retiro, no se los ha mostrado ni entregado. Fue ayer cuando representantes de varios colectivos ciudadanos se dieron cita frente a este mural, que se colocó en 2004 y fue pagado con fondos públicos, es decir, de todos los ciudadanos. El costo fue de 40 mil dólares, en conjunto con otros murales que se colocaron en otros lugares de la provincia. Cabe señalar que el mismo no se encuentra dentro de ninguna propiedad, sino en la vereda, que también es pública.
En medio de los reclamos de personas que defienden la permanencia de esta obra, se encontraba Piedra, quien solicitó a los arrendatarios de la concesionaria de vehículos, que hoy por hoy se encuentra en el lugar, los documentos; sin embargo, se le indicó que ese trámite no fue hecho por ellos, sino por la dueña del espacio, que si bien es de Licán, vive en Ambato. Fue Irma Urquizo, vocal de la Junta Parroquial de Licán, quien explicó que fue la dueña de este local quien inició los trámites en la Prefectura de Chimborazo por la vía legal, desde hace varios años atrás. “Son ellos (Prefectura) los que construyeron y los encargados de autorizar la reubicación o no”, dijo, además de agregar que ellos, como Junta, no tienen por qué tener los documentos, porque es un trámite “de autoridades”.
También señaló que, igual, no ha habido ningún mantenimiento ni arreglo alguno en los últimos años para esta obra de cerámica, en la que se encuentra el mapa de la provincia de Chimborazo, además de los hombres y mujeres que han destacado a lo largo de la historia. Piedra, en ese momento, recordó que los requisitos para retirar un mural son que se encuentre en pésimo estado, así como que emita un mensaje de violencia o discriminación, lo que en el caso no existe.
En medio de este intercambio de opiniones, el agente de Control de la Municipalidad de Riobamba, Manuel Calle, procedió con la entrega de una citación a los arrendatarios del lugar para que se le haga llegar a la propietaria, a fin que se acerque el lunes a la Comisaría y hasta eso se suspenden los trabajos. Juan Carlos Huaraca, presidente de la Casa de la Cultura de Chimborazo, recordó que el mural es un aporte para la provincia, que existe también un aporte intelectual del artista y que el Ecuador cuenta con una ley que protege este tipo de patrimonios. Diego León, presidente de la Junta de Licán, explicó que la familia Ainaguano, propietaria del predio, inició el trámite hace dos años, en el Consejo Provincial, solicitando la reubicación del mural. “Los señores (Ainaguano) lo han hecho con dos abogados de Ambato por la vía legal, por cuanto, es visible que obstaculiza su propiedad”, comentó el dirigente.
“El arrendatario nos dijo que estaba dispuesto a colaborar y ayudar hasta en el aspecto económico para que las baldosas del mural no se destruyan y colocarlo en otro lugar”, enfatizó el presidente de la Junta. Juan Cantos manifestó a León que él estaba en la obligación de suspender la destrucción de este bien, porque solo así se va a garantizar que la reubicación de este mural se lo haga de forma adecuada y técnica. “No es tan simple decir allá. Usted está en la obligación de actuar. Pedimos que tenga la gentileza que como autoridad proceda a la suspensión de los trabajos y que se siga destruyendo este bien. Solo así se puede garantizar que la obra, el tiempo, los presupuestos y espacios sean respetados”, exigió Cantos.
Cecilia Piedra Orozco, artista que realizó el mural, explicó que este acto no es un atentado hacia su persona, sino un atentado en contra del pensamiento, conocimiento y el trabajo arduo y sacrificado de esto que es ser una artista plástica. “Es un atentado contra los derechos de la provincia de Chimborazo, Riobamba y sus habitantes”, enfatizó y conminó a que hechos de esta índole no se repitan. Son varios colectivos los que se encuentran atentos ante lo que suceda con este mural que es de todos los chimboracenses, así como el del resto de obras artísticas que se ubican en diferentes sectores de la provincia de Chimborazo.
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