Frente a la controversia: ¿qué pesa más, si la juventud con sus innovaciones o las personas adultas con experiencia de años de trabajo en una misma actividades? hay criterios divididos. Así, jóvenes como Sheyla Luna precisan que en el país no existe una normativa para estudiar y al mismo tiempo trabajar para adquirir experiencia, porque o se trabaja o se estudia, porque las dos se realizan a tiempo completo. Controversia: ¿ juventud 0 experiencia, qué pesa más?.
Mientras que Jaime Zabala, ya jubilado, dice que las personas que laboran por años y que hasta se jubilan desarrollando la misma tarea motiva que al final de la jornada de muchos años todo se quede con ellos, porque al retirarse tienen que hacer otras actividades, por cuanto las empresas ya no contratan a personas adultas sino a jóvenes.
Pero también hay personas, como el gerente general de la empresa “Moderna Alimentos”, que confían en la diversidad, porque es un principio que se está viviendo cada vez más en las empresas de alto desempeño en nuestro país. Asimismo, según una publicación de “Milenio”: “Muchos podrían asegurar que, dentro de los atributos deseables de un buen empleado, la experiencia es uno muy valioso. No obstante, si ésta se conjuga con la edad, pareciera tornarse una combinación fatal, sobre todo cuando se trata de volver al campo laboral o bien haber perdido el empleo y se busca recolocarse.
La edad mediana pareciera ser una etapa crucial a sobrevivir para tratar de conseguir al retiro, al final de la etapa productiva, laboralmente hablando. Muchas veces, esta dificultad surge por el prejuicio de los reclutadores, que consideran que una persona mayor de 50 años no podrá adaptarse a un ambiente más joven, que ya no estén vigentes, o bien, que sus expectativas de remuneración serán muy altas; por estas circunstancias, la oferta de empleo para este grupo de personas es más reducida que para jóvenes. Y resulta paradójico que, justo en la edad de la plenitud de facultades, entre la juventud y el retiro, la gente tenga temor de perder su posición y enfrentar una serie de trabas que llegan a impedir que se pueda volver a emplear.
En antaño, la gente madura era considerada de mucho valor, pues, la que podía guiar a los más jóvenes; pero, en la actualidad, cumplir años y pasar de los 50 pareciera ser pecado capital. Y no se trata de negar espacios a los jóvenes, pues, ellos tienen nuevas ideas, mucho ímpetu, entusiasmo y, por lo general, inyectan vitalidad a las organizaciones; sin embargo, su experiencia es poca comparada con décadas de trabajo de sus mayores, en las que ha aprendido más allá de la teoría, ha resuelto problemas y ha conseguido grandes aprendizajes.
El costo de la curva de aprendizaje se ve compensada por la templanza que los años le ha dado. Ante la pérdida del empleo, los jóvenes tienen más probabilidades de recolocación, mientras que, en muchos casos, para los maduros puede reducirse hasta un 33%, lo que los orilla a autoemplearse, o a buscar opciones muy distintas como agentes inmobiliarios, profesores, consultores, entre otros. Convendría replantearse esta forma de seleccionar al personal. Es claro que las empresas buscan ser más eficientes con los recursos económicos, pero en contraste a esta práctica de privilegiar sueldos menores, vemos que la esperanza de vida es superior; entonces, ¿qué ocurrirá cuando la juventud de hoy se convierta en la madurez del mañana…?”.
‘La diversidad es lo mejor’
El gerente general de la empresa «Moderna Alimentos», José Luis Vivar, que trabaja con alrededor de 750 empleados, dijo que cree mucho en la diversidad porque es un principio que se está viviendo cada vez más en las empresas de alto desempeño, y “en mi rol trato de incorporar cada vez más ese respeto a la diversidad, porque la diversidad es un principio transversal, y no es solamente de género; aspiramos tener un balance en nuestro equipo directivo entre hombres y mujeres, tenemos una diversidad muy amplia entre los estratos económicos, porque trabajamos en todas las regiones y provincias del país”.
Generación. José Luis Vivar explicó que las nuevas generaciones vienen con prácticas digitales muy ágiles y veloces que, complementadas con la sabiduría de quienes han estado por muchos años trabajando en el ámbito empresarial y los procesos, generan el debate permanente y constructivo que permite movilizarnos en un mundo tan competitivo, pues, nunca antes se había enfrentado tantos cambios en un periodo tan corto; por lo tanto, las empresas que no asumen el cambio y no se vuelven flexibles para ajustarse a los cambios están destinadas a sufrir algún impacto.
Vivar considera que el paradigma de exigir experiencia a los jóvenes y no priorizar a la gente pasados los 40 años para seleccionar al personal se tiene que cambiar, por eso en «Moderna Alimentos» tienen un programa de pasantes muy amplio y de profesionales jóvenes que salen de las diferentes universidades.
El joven debe crear empresas productivas
La juventud tiene el talento y los adultos la experiencia, y hay que conjugar las dos cosas para superar el problema de la falta de trabajo. Este momento lo que hace falta es crear empresas productivas, porque comerciales ya existen, manifestó Jaime Roberto Zabala Jiménez, ingeniero eléctrico graduado en la Politécnica Nacional, con 74 años de vida. El profesional considera que no hay un divorcio entre la juventud y la experiencia, porque las dos tienen un mismo valor, y asegura que la juventud sabe de los errores cometidos y que no puede volver a hacer lo mismo; entonces, una persona joven y con experiencia puede lograr muchas cosas, porque si solamente confiamos en la juventud o solo en la experiencia no vamos a tener el éxito que deseamos alcanzar, y esto sucede en todos los campos.
Es importante el viejo que es cuidadoso y el joven que es impetuoso; el viejo que ha fracasado y se ha levantado, el joven que todavía no sabe lo que es un fracaso y que le va a doler mucho para aprender. Todas las personas aprenden de los fracasos.
La falta de creación de empresas es lo que impide que el país se desarrolle; por lo tanto, hay que formar empresas que den trabajo, pero estas empresas tienen que ser de producción, porque empresas comerciales ya existen; entonces, tenemos que aprovechar la gran inteligencia de los jóvenes para generar empresas de producción, de transformación de los productos, y este compromiso se tiene que exigir a la universidad, porque es fácil dar una clase y hacer pasar de nivel, pero la misión de hacer una universidad distinta es la que nos sacará de esta situación. Lo que hace falta es crear empresas que generen empleo, porque en el sector público ya no hay espacio. Es duro luchar contra el desempleo y la migración.
Zabala considera que los jóvenes deben estudiar con mucho ánimo y ahora, con la cuarta “Revolución de la Información”, ya no puede formarse solo el que tiene dinero para comprar libros, porque toda la información está en la nube, y solo falta crear iniciativas e incentivar que éstas se hagan realidad; hay que emprender, pero hay que insistir a quienes están al frente del Estado el que hagan las cosas y no entren a llevarse, y esto está faltando en la juventud.
Talento es experiencia. Silvia Fernanda Caiza Barahona, de 25 años, relacionista pública y comunicadora institucional graduada en la UTE, labora desde los 19 años en temas y áreas de comunicación, y fue reclutada en sus prácticas preprofesionales en una empresa dedicada a consultorías y eventos; su jefe, Juan Carlos Torres Noboa, le incursionó en el campo laboral de las relaciones públicas.
Silvia considera que muchos jóvenes se dedican a soñar en grande cuando están en las aulas, y que eso está muy bien, pero que hace falta buscar los pasos para culminar una carrera, y cuando existe el deseo de triunfar no importa la edad, solo se necesita esfuerzo, dedicación, innovación.
Con respecto a la juventud y a la experiencia, considera que las dos van de la mano, y que un joven con suficientes conocimientos no debe preocuparse por la experiencia, porque los jóvenes tienen la capacidad de enfrentar día a día los retos y darnos cuenta que no hay limitantes y que los limitantes son mentales; pues, tenemos que atrevernos a hacer las cosas que parecen ser imposibles, pero que tarde o temprano sabemos cómo llevar a cabo.
Creo que buscar la experiencia es válido, hay que considerar que el talento es inicio de la experiencia. Si una persona reconoce sus talentos y ve su procreatividad para hacer un trabajo está indicando que su experiencia se va a desarrollar de una forma positiva. Asimismo, a pesar que pasan los años una persona sigue adquiriendo experiencia, y la experiencia se logra desde el momento que empezamos a caminar. El hecho de ser jóvenes no bloquea a la experiencia para conseguir un trabajo.
“No hay normativas para estudiar y trabajar”
Creo que es muy complicado trabajar sin experiencia, porque le exigen de dos a tres años de experiencia, y el Ecuador no tiene normativas que garanticen que la juventud pueda estudiar y trabajar, dijo Sheyla Luna, al precisar que ahora se estudia a tiempo completo, y si trabaja no le dan permiso. Frente a esta realidad es complicado para los jóvenes, pues, tienen que decidir estudiar o trabajar.
En el otro lado, la joven profesional en relaciones internacionales dijo que las personas de más de 40 años tienen dificultades para trabajar porque las empresas exigen juventud. Lo que hace falta es cambiar las normativas para que los jóvenes puedan estudiar y trabajar. El país está dejando de lado a la experiencia y prefiere a la juventud, y por eso el país no crece.
Por su parte, Sulay Ajo, estudiante secundaria, comentó que los jóvenes no tienen experiencia porque solo aprendieron lo teórico y no lo práctico. Los estudiantes antes de alcanzar el título ya deben tener garantizada la experiencia, por ello el Gobierno ya debe normar esta situación