Con la plata robada ya estaríamos vacunados todos: Siempre será bueno conversar con nuestros mayores, toda vez que sus experiencias -positivas y negativas-y/o enseñanzas -buenas o malas-, traducidas en innegable sabiduría, nos nutren por su sinceridad y franqueza al emitir un comentario, así sea éste por demás lapidario. Así, en un breve diálogo con un digno representante de tan altivo grupo social, éste -sin reparo- disparó a quemarropa tan lapidaria frase, la misma que nos invita a reflexionar en que muchos de nuestros problemas nos los merecemos por no actuar con la cabeza, sino únicamente con bajas pasiones o para tratar de consolidar intereses particulares.
Y tan cerebral caballero “metió el dedo en la llaga” para hacernos pensar que la demagogia populista y las dádivas que más suenan a limosna son las que nos han ubicado en tan calamitoso estado de postración que acusamos, en vista que esos han sido los pilares para poner en el Poder a quienes solo han lucrado a costa de la ignorancia o el temor generalizado, contentando a sus lacayos con puestos burocráticos temporales, a fin de utilizarlos como empresa política para cada contienda electoral que los ha posicionado en la magistratura. Y esto no viene de los últimos tiempos, pues, el distinguido caballero nos contó que aquello acontece desde que tiene uso de razón, constituyéndose en “una herencia maldita” que nos viene golpeando cada cuatro años, al punto de mantenernos en el subdesarrollo y mentalizados a buscar progreso solo en el aparataje del sector público, que se ha convertido en “moneda de cambio” para pagar el “favorcito” de trabajar la candidatura, y tiene razón: “con la plata robada ya estaríamos vacunados todos”
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