En el texto “El disfraz de la muerte”, del ecuatoriano Gerardo Nicola Garcés, se relata cómo se dio inicio a la tradicional colada morada y a las ricas guaguas de pan, que hoy son platos imperdibles de la gastronomía ecuatoriana; sin embargo, su origen tiene que ver con el mundo de los muertos. ¿Cómo nació la tradicional colada morada?.
Relato. Según se da a conocer, en 1718 la Compañía de Jesús logró acabar con una de las macabras costumbres quiteñas. Los indígenas salían en procesión con los esqueletos de sus seres queridos en el Día de Todos los Santos (1 de noviembre). En el relato se da a conocer que, en ese entonces, cada indígena llevaba dos sacos: en uno portaban el cucagüi para pasar los largos días de luto y lamentos y, en el otro, los huesos del familiar amado.
Situación. Para los religiosos de la época y para quienes vivían en las ciudades, lejos de las tradiciones indígenas, se estaba cometiendo un doble sacrilegio con esta “rara, grotesca y extraña tradición”, porque no dejaban a las almas descansar en paz y porque espantaban a la muchedumbre con demostraciones de muerte que causaban terror.
Datos. El padre Mario Cicala y don Isaías Toro Ruiz, según Garcés, relataban en 1718: “los indios primitivos se abren espacios para dar forma anatómica a los esqueletos: hueso por hueso, cuan expertos anatomistas acomodan las extremidades, el torso, la calavera… Y se recluyen en medio de lamentaciones a recorrer las calles, mientras todos los citadinos quieren que sea la última vez. Y luego la procesión desemboca en el cementerio. A comer maíz y papas, y a tascar la sal en grano, y a beber la sangre de aves. A emborracharse y dormir entre las tumbas. La autoridad no puede controlar semejante comportamiento. Quien interviene es acosado”. Tras la prohibición, los indígenas deciden seguir dando vida a sus tradiciones y en vez de huesos, decidieron amasar guaguas de pan y en vez de sangre crearon una bebida a base de mortiño, maíz negro y sangoracha.