Certámenes de belleza Riobamba: En varios países del mundo se han dejado de lado las elecciones de reinas. En el caso de Riobamba se está haciendo una consulta ciudadana para que sea ésta la que opine si estos eventos, para muchas personas tradicionales, deben seguir llevándose a cabo con fondos públicos. Desde la perspectiva de género, estos certámenes son considerados como violencia simbólica contra la mujer.
¿Cuáles son las perspectivas actuales en lo que tiene que ver a estas elecciones?
El rol de las mujeres en la vida política y en general es lo que se pone en discusión cuando hablamos de reinados de belleza. Tradicionalmente ha estado asignado un rol que relega a las mujeres a la vida privada todas las tareas domésticas y en la vida pública solamente aparecer en los espacios en los que el rol es cumplir una función patriarcal en la sociedad de reproducción de violencia sobre los cuerpos de las mujeres.De ver como si fuéramos un adorno.
En ese marco, todas las agendas de lucha por los derechos de las mujeres han ido reivindicando el rol que tienen en la vida política, social y más, por tanto, la centralidad de ese rol pasa por el cumplimiento de funciones estratégicas, de funciones de dirección, de funciones profundas de poder decidir y poder tener un protagonismo en las vida sociopolítica.
Desde la perspectiva feminista ¿qué hacen los Certámenes de belleza Riobamba?
Reafirmar no solo el rol que le ha sido asignado a la mujer, sino también patrones de violencia de lo que debería ser la feminidad hegemónica o dominante es lo que se pone en manifiesto. Esos patrones hacen que se reproduzca mucha violencia en contra de los cuerpos desde que son niñas y adolescentes, que aspirarían, de una manera muy compleja, ir alcanzando esos patrones y estos tipos de belleza que en verdad lo único que hacen es daño.
¿Se imponen estos patrones?
Exactamente. Es como si eso fuera en lo único en lo que las mujeres podemos cumplir un rol y sino no tienes ningún tipo de utilidad en la sociedad, y eso es muy violento. Aún más en nuestro país y países, en donde para llevar a cabo estos certámenes de belleza se siguen utilizando fondos públicos.
Eso es mucho más grave, porque en economías tan precarias como la ecuatoriana, utilizar fondos públicos viene a ser algo fatal e inaudito, porque es dinero de la gente. Existen muchas prioridades en términos de política social. Los certámenes de belleza lo único que hacen es reproducir los patrones y estereotipos de género del deber ser una mujer y del deber de ese lugar que ocuparía en la sociedad. Estos eventos generan una violencia simbólica.
¿Qué pasa con las mujeres que sueñan ser con Reina de Riobamba o de cualquier ciudad?
Es que esto es un proceso de concientización progresivo. Lo que siempre se defiende desde la agenda de derechos de las mujeres es la posibilidad de decidir y de decidir con conocimiento informado. Claro, si hay mujeres que aspiran o se preparan para participar en concursos de belleza creo que eso no debe estar relacionado con que se utilicen recursos públicos para esas elecciones.
Simplemente pueden hacerlo concientizándose en la profundidad de este tema para poder ir trasformando esta realidad. Lo que sí reitero es que si quieren participar lo hagan, pero no con recursos públicos.
A vísperas de las fiestas, también se estaría por organizar conciertos ¿Esto concuerda en tiempos de pandemia?
Si hablamos del momento coyuntural en el que estamos, como es el de la pandemia, la encuesta que se está haciendo justamente es para poder priorizar la dirección del gasto y la inversión pública. En ese marco, esa priorización, organizando certámenes de belleza, además de ser actos superficiales, sobre todo son actos violentos y en eso se basa nuestra posición.
Es muy viable que se consulte a la gente y que pongamos en el centro las cosas en verdad urgentes. Estamos a tiempo de reaccionar y decir: miren todo lo que ha pasado con la pandemia, es momento de tomar otras riendas. Lo mismo pasa en el tema de conciertos y actos públicos.
Entendemos que la ciudadanía tiene derecho a disfrutar, pero esto, en el marco de la pandemia por el Covid-19 es una actividad secundaria, por las emergencias que nos están pasando en estos momentos. Las reinas, los principados son conceptos bien coloniales, de una sociedad de castas y con una brecha de desigualdad enorme donde las reinas cumplen el rol de mujer superficial.