En el Cementerio de Riobamba labora una mujer de 70 años, durante 25 años limpiando tumbas para sobrevivir
Cementerio Riobamba: una mujer lleva 25 años limpiando tumbas, empezó con su esposo, pero que enviudó.
Porque “el trabajo acorta el tiempo y alarga la vida”, la señora América Samaniego trabaja 25 años junto a los muertos adecentando las tumbas.
Ella es madre de tres hijos, pero quien le mantenía falleció hace dos años.
Igual suerte corrió el amor de su vida con quien trabajaba en el Cementerio General de la Sultana de los Andes, quien también acudió al llamado del Señor, hace 17 años.
Su otro hijo, le pidió que no trabaje, sin embargo no acepta el pedido.
Porque el trabajo que realiza le llena de satisfacción y dispone de los pocos recursos muy necesarios para su supervivencia.
Cuando trabajaba con su esposo Daniel tenía buenos ingresos porque era responsable del mantenimiento de 30 a 40 tumbas, por cada una pagan 10 dólares mensuales.
En la actualidad no tiene más de 10 a las que da mantenimiento, por eso acude pocos días al cementerio, donde le encontramos trabajando.
Mujer lleva 25 años limpiando tumbas
Su labor es poner agua cuando no llueve y podar la yerba cuando esté grande, es decir mantener limpio el lugar.
El esposo era conocido de la señora Lolita Rodríguez, administradora del Cementerio de aquella época y le permitió que trabaje y desde ahí no ha dejado de trabajar.
Doña América considera que toda a cambiado, igual en el cementerio, ya no es como antes, por ejemplo con motivo del Día de los Difuntos eran inalcanzables.
Ya no piensan en los muertos del Cementerio
Ahora con el cambio de religión las cosas son distintas porque quienes no son católicos consideran que “el muerto no necesita nada, ni siquiera una oración”.
Durante los 25 años de trabajo nunca le ha pasado nada, no ha visto, ni ha oído nada, existe una verdadera tranquilidad.
Sin embargo, se le viene a la mente lo que hace 15 años le comentaron, que en una tumba a las 12 del día, 6 de la tarde y a las 12 de la noche llegaba un espíritu.
Le dijeron que una profesora había construido una tumba para que le enterraran en este cementerio.
Los familiares le sepultaron en Cuenca y se estimaba que ese espíritu venía a este lugar.
Al regreso de los restos mortales
Pero con el tiempo los familiares le trajeron los restos a este cementerio y desde ahí todo se normalizó.
También cita lo que la gente comenta la tumba donde está sepultado una pareja de nacionalidad alemana.
Son leyendas dijo la señora al precisar que el cementerio es un lugar donde hay silencio y tranquilidad.
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