Kelvi Novillo
Editorialista
Tema: Celebramos a Dios humanizado
Amigas/os ¿se han dado cuenta que en las navidades de a poco vamos olvidando lo fundamental que es y debería ser la celebración de la Natividad de Jesús el Cristo?
Poca gente vivencia lo trascendental de este gran evento que cambió definitivamente y para bien, la historia humana.
La celebración que debiera ser memoria de la presencia de Dios en la historia humana, o la ocasión propicia para nacer de nuevo, pasó a ser un período de tiempo centrado en las presuntuosas comilonas e intercambio compulsivo de regalos de unos y de tristezas, angustias y ansiedad de otros.
Se va perdiendo la espiritualidad de la natividad de Jesús, pues ya no se interioriza su real significado, su misión como humano hace 2000 mil años y en la actualidad.
Ya no se evidencian expresiones que den cuenta de la conexión de nuestra humanidad con la divinidad, con lo trascendente.
No cabe duda que la navidad fue direccionada y apropiada por el sistema capitalista que idolatra la acumulación y el poder abusivo.
Lo que más preocupa es que cada vez, forzados por el sistema y hasta voluntariamente ocultamos la espiritualidad y realzamos el consumismo; pues de esta manera tratamos de conseguir estatus, respetabilidad y creemos que somos parte del sistema.
¡Qué tontería!
La realidad es sencilla, es la que nos han metido a través de la publicidad.
Ahora ya no celebramos la llegada de Dios humanizado, hoy festejamos la presencia de Santa Claus que santifica y bendice al mercado, los shoppings, los malls, la violencia institucionalizada, las guerras; y, todos los espacios y tiempos en donde recorre el dios dinero.
Ya resulta fácil entender que, en un mundo consumista como el nuestro, los empobrecidos: Jesús, María y José ya no son los protagonistas, ya no importan, pues no son símbolos que venden, no son buenos para el marketing…
A diferencia de Santa Claus que es a quien se venera por haberse convertido en la figura central para todos los que están dentro del sistema y pueden pagar, que da cátedra de mercadotecnia.
Por eso es que cuando llega la navidad hay diferentes sentires y la mayoría de veces, no sé sabe con cuáles quedarnos, porque entre ellos hay contradicción.
Por favor, en medio de esta incertidumbre, sostengamos y vivenciemos los sentires que nos permiten unirnos a todo buen decir, a todo buen sentir, a todo buen anhelo, a todo buen hacer.
A toda bendición que solemos manifestar en estas fechas, para así lograr que esa gran energía que se entrega y se recibe en este tiempo, se visibilice en la práctica y trascienda para construir todos los días, la Navidad como “Buena Nueva” para todos los hombres y mujeres en el mundo.
En este Kapak Raymi agradezcamos por la Vida y todas las vidas al Dador(a) de ella.
Aceptemos que es el tiempo de la renovación, que es el tiempo de la Nueva Vida y por ello, celebremos, agradezcamos, pidamos y trabajemos por la continuidad de la Vida, por la Paz, por Pan para todas/os; por alegría y solidaridad en todo espacio y tiempo…
Y hagamos como hacían nuestros mayores por estos lares, cuidemos a nuestros niñas/os y jóvenes; engalanemos a la futuras generaciones con obsequios celebrando el ritual de la dotación simbólica a los recién nacidos con prendas de vestir, con útiles y herramientas más esenciales para que ellos sean los cuidadores de la Vida y de todas las vidas.
Y, exijamos el pronto y feliz retorno de Josué, Ismael, Steven y Saúl que hacen falta a todo el Ecuador.
¡Qué viva la natividad de Cristo Jesús!, ¡Qué viva el Kapak Raymi!