El caso Aidita causa conmoción, familia de Calpi llora su muerte, y exige que la Justicia castigue a quienes la victimaron.
El cuerpo sin vida de Ati se descubrió en su dormitorio del Fuerte Militar Napo el 29 de junio de 2024.
La Fiscalía ha iniciado un proceso judicial contra cuatro militares, oficiales del ejército, por su presunta implicación en el femicidio de la subteniente Aidita Ati.
Toda la parroquia está unida en torno a esta causa, no contra el Ejército, pero sí contra los agresores.
Calpi, tierra rica, amable, de buena música y mejor gente, nos acoge con un radiante Sol, aunque la visita no era precisamente por un motivo de alegría.
Pues, un hecho ha conmocionado al país, el mismo que exige justicia, y particularmente esta tierra, la de origen de la familia de una joven militar que perdió la vida en un recinto castrense.
Fuimos hasta ese hermoso suelo para conocer y conversar con Julio César Ati Cabay y Adelaida Cabay, ambos de 85 años, abuelitos paternos de Aidita Ati Cabay.
De entrada, sus caritas, destrozadas por el dolor, me hacen saber que la tristeza se iba apoderar de mi corazón.
Un “Aidita Pamela era una niña muy cariñosita, muy amorosita.
Aidita Ati era un orgullo para su familia
«Devuélvanme a mi Guagüita”, me estremece el alma, dice mamita Adelaida, que participa un sueño que no se cumplirá:
“Voy a venir hacer la casa aquí, para hacer la coladita, para hacer la machiquita que a mí me gustaba. Papito haga la casa, la del molino, como tengo mi pedacito”.
Don Julio César complementa: “Nosotros somos nacidos en la comunidad Asunción, pero, gracias a Diosito, por medio del trabajito, bajamos al pueblo”.
Desde que mi hijito trabajaba en el Cuartel, militar jubilado (unos 7 años), a mi hijita le gustaba la vida militar desde que estaba en el colegio.
Mi hijita (Aidita) le ha dicho: Papá, me gusta eso. Su papá le ha respondido: No mijita, eso es duro, es bastante sacrificado. No Papá, es que me gusta.
Aidita es de Quito, nacida en la Coop. Nueva Aurora, en la casa de sus abuelitos. Creció ahí, todo el estudio fue en Quito, todo lo superior, pero nunca olvidó sus raíces.
Le gustaba mucho el baile y la música, “La Calpeñita”, “La María Manuela”… por lo que amaba ir a Calpi. “Aquí es bonito, no es como en Quito”, decía.
Además, le encantaba el contacto con la naturaleza, ver lo que los abuelitos hemos sembrado, caminar bastante, y con su papá salía a dar vueltas corriendo.
Era una buena estudiante, era una buena niña, por eso ha sido para Dios. Nunca nos trató de abuelitos, siempre Papito, Mamita, y a penas llegaba pedía la bendición. Igual para salir, que ya me voy.
Hija de Luis Gustavo Ati Cabay y de Rosita Gavilanes Bucay, y hermana de Vilman (19), era el orgullo de la familia: la primera mujer en tener un grado de oficial en una familia militar.
Así, papito Julio César nos comparte que sus 4 yernos: Ramón Bucay Tacuri era de la Marina, al igual militares sus hermanos Ernesto Bucay Tacuri y Vicente Bucay Tacuri, junto a Pablo Asadovay Huebla.
Agrega que tiene un hijo en la Marina: Julio Romeo Ati Cabay (activo)y que Luis Gustavo, papá de Aidita, era de las Fuerzas Especiales, un comando ya jubilado.
“Con un primo se graduó de subteniente. Él está en Putumayo. Otro nieto está en segundo año. Que Dios ilumine a mis nietitos”, agrega papito Julio César.
Mamita Adelaida recuerda a su “guagüita”
Conmigo pasaba alegre, papá, alegre. Mi guagüita me sabía decir: ¿Mamita qué cocinaremos?, ¡Mamita haremos coladita de arveja, pondremos colsita! ¡Mamita, haremos juguito de melón, de papaya, no haremos mucho porque ha de sobrar!
Le gustaba de todo, pero el cuy le encantaba, dice y nos hace esta reflexión “Le ha gustado de toda pobreza, el papá decía no tienes que escoger, todo lo que Dios y la familia da debes aceptar.
“Era bien católica. Con el papá y la mamá siempre iban a misa y comulgaban”, nos interrumpe su abuelito.
Papito Julio César habla de su niña.
Me decía papito, vamos a volver del parque, quizá habrá (colada) morada, porque le gustaba con pan en el parque.
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