Desde 2008, el Estado ecuatoriano reconoció a la naturaleza como un bien sujeto de derechos. Según la organización Derechos de la Naturaleza, el país sigue siendo el único en establecer esta clase de prerrogativas al ambiente. El séptimo capítulo se engloba en los derechos de la naturaleza. Camino para salvar lo natural.
Así, en el artículo 71 se sostiene que “la naturaleza o Pachamama, donde se reproduce y realiza la vida, tiene derecho a que se respete integralmente su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos”. Es decir —la Ley también lo contempla— que cada persona, comunidades indígenas, pueblos o nacionales tiene o tienen la capacidad de exigir a la autoridades públicas sobre el cumplimiento de estos derechos. Esto porque la Constitución reconoce su derecho a la existencia y, también, a la restauración.
Esos golpes en contra de la teoría y la realidad
Es importante señalar que, aunque en el papel quede, y se tenga esa garantía, la Constitución asegura acciones en “casos de impacto ambiental grave o permanente, incluidos los ocasionados por la explotación de los recursos naturales no renovables”; es decir, el petróleo, el oro y otros minerales; “el Estado establecerá los mecanismos más eficaces para alcanzar la restauración, y adoptará las medidas adecuadas para eliminar o mitigar las consecuencias ambientales nocivas”.
¿Estas declaraciones de la Constitución del Ecuador se sujetan a la realidad que se vive desde los gobiernos de turno? Desde los tiempos de Correa, que es el momento en el que se reconoció a la naturaleza como sujeto de derechos, se tuvo la consigna de no explotar al Yasuní. Hasta el punto de llegar a la propuesta de que Ecuador dejaría de exportar el crudo solo si los países que lo procesan lo pagaban para no hacerlo. Lastimosamente, ni a Correa le pagaron por no extraer petróleo, ni tampoco dejó intacta la Reserva del Yasuní, en el yacimiento que era conocido como ITT. El mismo que que comprende a Ishpingo, Tambococha y Tiputini, también conocido como bloque 43. Con esta intervención, el Ecuador empezó a subir a unos 570.000 barriles de petróleo por día.
“Hasta la última gota de petróleo”
El actual mandatario dio varios de los proyectos que se tiene en mente, y lo que se hizo en su gestión este 24 de mayo. Así, en el uso que le dio a su discurso, dio a entender la proyección que se tiene para mejorar y caminar en pos de una “estabilidad” económica, pero la pregunta sería: ¿a qué costo?
“La política productiva del ‘Gobierno del Encuentro’ nos exige sacar máximo rendimiento de nuestros recursos naturales” y, al utilizar esta frase, dio a conocer que Ecuador se moverá a través de los consensos mundiales en materia extractivista. “Ahora, que la tendencia mundial es el abandono de los combustibles fósiles, llegó el momento de extraer hasta la última gota de provecho de nuestro petróleo”, manifestó Lasso en su primer informe a la Nación, pero también aseguró que el uso de estos recursos llegará “al servicio de los más pobres”, y se respetará el medio ambiente”.
¿Acaso solo es por cumplir las promesas?
Lasso habría llegado al poder asegurando que aumentaría la producción de petróleo, y estaría encaminado en la extracción del producto, así se encuentre en las entrañas del Yasuní. Cabe recalcar que en este sector se encuentra la mayor reserva de crudo en el país. Pero, este proyecto no inició con Lasso. Como se mencionó anteriormente, desde 2013, el expresidente Rafael Correa Delgado habría dado los primeros pasos en esta política extractivista. Esto en mención de que el país necesitaba más inversión extranjera. Es de saber que la explotación de áreas protegidas atentaría en contra de lo que establece la Constitución con respecto a su defensa y su restauración.
Y nosotros, ¿qué podemos hacer?, ¿cómo podemos aportar para defenderla?
Se han visto las decisiones que se han tomado a nivel nacional. Estas instancias podrían no afectar directamente a los ciudadanos, pero existen colectivos que luchan en contra de estas decisiones, ya que procuran la defensa de los derechos de la naturaleza establecidos en la Constitución. Entonces, ¿qué podemos hacer nosotros desde nuestros espacios? La organización Hablando en Vidrio asegura que, para poder cuidar a la biodiversidad, al ambiente, el primer paso es conocerla.
Ellos mencionan que este espacio no debería parecernos ajeno o lejano a nosotros, porque “es esencial para que haya vida en el planeta”. Las consecuencias de su pérdida, o destrucción, según el portal digital, sería la pérdida de nuestra vida diaria, sobre todo concentrados en los alimentos y el agua de calidad. Sostienen que “al perder biodiversidad nuestra economía y nuestra salud pierden también”.
Reduce, recicla…
Según el Ministerio del Ambiente, en el país el reciclaje comenzó en 1970. Desde esa cartera de Estado se menciona que los recicladores son “actores fundamentales” de cada ciudad. ¿Se reconoce, más allá del texto, a quienes se dedican a la separación de desecho, en pos de entregar mejores días para los ecuatorianos? Mucho más allá de las acciones que se pueden ejecutar desde cualquier gobierno, es tarea nuestra, como buenos ciudadanos, cuidar este pedazo de suelo que llamamos hogar.