En la avenida de la Cárcel de Riobamba se habilitó un carril rumbo a Chambo, mientras los vecinos siguen «enjaulados»
La avenida de la Cárcel de Riobamba habilitó un carril en sentido hacia el cantón Chambo.
Como lo anunció el Consejo de Seguridad Provincial, el viernes 4 de octubre se abrió un carril en la Av. Leopoldo Freire: la popular ‘vía a Chambo’.
Y es que desde enero, en que se desató una crisis carcelaria sin precedentes, incluido el centro de privación de Riobamba, se adoptaron medidas extremas.
Y en esta ciudad una de ellas fue cercar el lugar con personal militar y policial, así como con vallas.
A más de cortar el paso en la Av. Leopoldo Freire, en el tramo de la Cárcel Pública.
Y ello prevalece hasta la actualidad.
Abrió la avenida de la Cárcel
Hasta ayer, en que, tras el clamor ciudadano, se dio paso a lo solicitado, claro está, pero de manera parcial.
Y precisamente esta decisión no satisface para nada a parte de los directamente afectados, los vecinos del Centro de Privación.
¿Por qué? Porque ya no solo afrontan “una grave crisis económica y social”, sino también le suman que han sido “burlados”, pues, ahora se pasa viéndolos “enjaulados”.
Comerciantes son los principales afectados por el cierre de la avenida
Así lo dijo doña Amada, propietaria de un restaurante en la Cdla. Maestros de Chimborazo de la vía a San Luis.
¿Cómo sobrevive? Dice que hace ‘por donde’ para poder subsistir, y agradece a los albañiles que trabajan en una construcción, que son sus únicos clientes.
La mujer ha perdido la esperanza, pues, antes vendía 25 almuerzos al día, ahora, “en un día milagroso”, llega a 10.
De su lado, Teófilo Guambo, dueño de una tienda de abastos y cuya esposa afronta un fuerte cáncer, y un dolor que se acrecienta.
De su lado, Ángel Arévalo y su esposa María Naula creen que la decisión es acertada.
¿El motivo? Ya no rodearán para avanzar al centro desde la Unidad Penal, donde tuvo que hacer un trámite.
A Andrés López, estudiante de la Espoch, le sorprendió que se cambie el sentido de la vía.
Pero, más se lamenta que, pese abrirla, no exista un acceso directo a la ciudadela Los Cactus, donde vive.
Y eso le causa malestar y preocupación.