«Atrapados, tristes y angustiados»: cortes de luz llenan de ansiedad

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«Atrapados, tristes y angustiados» los largos cortes de luz llenan de ansiedad a miles de ecuatorianos que alteran sus rutinas

"Atrapados, tristes y angustiados": cortes de luz llenan de ansiedad
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Desde septiembre de 2024, los cortes de luz en Ecuador han desbordado la paciencia de miles de ciudadanos.

Los apagones, programados o no, no solo afectan las actividades cotidianas, sino que también están generando graves consecuencias emocionales.

La ansiedad, el estrés y la tristeza se han convertido en compañeros constantes para muchas familias ecuatorianas.

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Cortes de luz que alteran la rutina y la salud mental

Los apagones, que pueden durar hasta 14 horas, han cambiado por completo la rutina de los ecuatorianos.

En ciudades como Cuenca y Guayaquil, los cortes nocturnos han sido especialmente difíciles de afrontar.

Karla García, una mujer de 45 años, expresa que los días sin electricidad han sido «tristes y desesperantes».

En su caso, los apagones afectan su capacidad de comunicarse con sus hijas, que viven en el extranjero.

Sin acceso a internet ni luz, la sensación de soledad se intensifica.

La falta de certidumbre sobre la duración de los cortes genera aún más angustia.

Según la psicóloga Johanna Pozo, del Instituto de Neurociencias de la Universidad Católica de Cuenca, los cortes de luz son un factor importante en el aumento de la ansiedad.

Los ecuatorianos enfrentan no solo la pérdida de comodidades, sino también el miedo y la inseguridad derivados de la interrupción de sus actividades diarias.

El impacto emocional de los apagones en los hogares

José Ruiz, un guayaquileño de 35 años, también ha experimentado la angustia de los apagones. «Me sentía atrapado», dice. Durante las horas sin luz, su casa se vuelve un lugar invivible.

Sin electricidad, tampoco tiene agua ni acceso a internet, lo que afecta su bienestar y su rutina.

«Pasar la noche sin luz es como un infierno», asegura.

Este tipo de experiencias ha hecho que muchos ecuatorianos se enfrenten a situaciones de estrés y ansiedad.

Pozo explica que estos cortes prolongados alteran el ciclo del sueño, lo que agrava los problemas emocionales.

Además, los apagones agravan el contexto de inseguridad, ya que muchos sistemas de seguridad dependen de la electricidad.

La psicóloga señala que los casos de ansiedad y depresión se han disparado, especialmente entre jóvenes y adultos que deben adaptarse a la nueva normalidad de trabajar o estudiar en condiciones inadecuadas.

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