Asesino de Efraín Ruales: Bien conocido es por la ciudadanía que, penosamente, a diario se cometen hechos delictivos en nuestro territorio y en todo el mundo, lo que verdaderamente es reprochable, bajo todo punto de vista, puesto que constituyen acciones deleznables que merecen atención por parte de las diversas entidades que deben tomar procedimiento de lo acontecido, atrapar a los presuntos culpables, ejecutar el debido proceso y administrar justicia, es decir, los pasos correspondientes que se da para enfrentar a los “llamados enemigos de la sociedad» y, sobre todo, mantener la paz ciudadana, pero..a veces como que existe la percepción que ha ciertas «preferencias», lo que a los ojos de las grandes mayorías no es bien visto, motivando que la confianza en la institucionalidad del Estado -de a poco o rápido- se vaya perdiendo.
Y es que parece que en el Ecuador para que se resuelva un hecho delictivo hay que contar con poder económico o ser “famoso”, lo cual bajo todo punto de vista no es dable, ya que todos, por igual, tenemos los mismos derechos y obligaciones… unos quizá con oportunidades de surgir y otro -la gran mayoría-no, pero iguales al fin, por lo menos en la literatura que reza en la «Carta Magna» y en eso que «todo calavera es blanca» y que «al mismo hueco iremos”.
Sin duda, causó asombro todo el aparataje desplegado para resolver este hecho execrable, como debe ser, pero, así mismo se debe actuar en todos los similares lo que, de seguro, hará que el hampa no siga expandiendo sus tentáculos, porque sabrá que aquí a todos se les trata igual, y que con agilidad, celeridad y todos los ‘idad’ ¡el que la hace la paga y… no podrá esconderse!