La ludopatía, una adicción relacionada con las apuestas, trae riesgos para la salud emocional, financiera y familiar de quienes la padecen.
La ludopatía, adicción a las apuestas, es una condición que puede devastar tanto a quienes la padecen como a sus familias.
Esta problemática no solo genera consecuencias económicas y emocionales graves, sino también un deterioro en las relaciones familiares, sociales y en la calidad de vida general.
Explicación de los riesgos de esta adicción
Según explicó Melania Santillán, psicóloga clínica, este trastorno está impulsado por una necesidad incontrolable de apostar, sin considerar las consecuencias personales, sociales o financieras.
Los síntomas iniciales suelen ser sutiles, pero con el tiempo emergen señales claras, como problemas financieros debido a deudas y préstamos, el descuido de responsabilidades laborales, familiares o académicas, y el aislamiento social.
Este último suele ser un mecanismo de defensa para evitar el juicio de quienes no aprueban el comportamiento.
Santillán destacó que las emociones juegan un papel fundamental en el desarrollo de esta adicción:
Sin embargo, advirtió que esta solución temporal solo agrava el problema, generando una dependencia emocional y financiera.
Las consecuencias de la ludopatía en el entorno familiar
El impacto de la ludopatía no se limita a quien la padece. Las relaciones familiares suelen deteriorarse rápidamente debido a conflictos recurrentes, mentiras y la acumulación de deudas.
Este entorno, a menudo caótico, perpetúa un ciclo de dependencia emocional y financiera dentro del hogar.
Búsqueda de ayuda para superar la adicción a las apuestas
Para quienes enfrentan este problema, buscar ayuda profesional es crucial.
La psicóloga explicó que “la terapia cognitivo-conductual es una de las estrategias más efectivas, ya que ayuda a las personas a identificar y cambiar pensamientos distorsionados relacionados con el juego”.
Este enfoque permite desarrollar herramientas para manejar impulsos y emociones de manera más saludable.
Sin embargo, Santillán subrayó que la efectividad de los tratamientos depende de la gravedad del caso y de la voluntad de la persona afectada para comprometerse con el proceso de recuperación.