Mirarlo es proyectarse, es ver más allá… es estar ante la majestuosidad del ‘Coloso de los Andes’, el Chimborazo, la gran pasión de Marco Cruz Arellano, guía de montaña, lo que denota en sus palabras, en su sentir, en su vida misma.
Sencillo, gentil y buen conversador, a más de sabio en vivencias y conocimiento, con una proyección de paz única, Marco Cruz nos compartió un poco de su paso terreno que frisa los 80 años, y la misma que en tan solo 45 minutos nos supo rica en anécdotas y conquistas, las que prefiere aterrizar al plano humano del andinismo mundial.
Anécdotas de Marco Cruz
Estudió en el Colegio ‘Pedro Vicente Maldonado’ y, previo al examen de grado, tenía una semana libre para prepararse. Pero prefirió acompañar a un grupo de italianos a ascender a El Altar.
Lo malo es que no lo dejaron hacer cumbre, pese a que suplicó, reclamó y hasta lloró. Pasaron 5 meses, y con 2 amigos ascendió a la montaña, y tomó de recuerdo la tarjeta que dejaron los expedicionistas italianos en la cumbre, la cual es un gran tesoro, eso el 27 de diciembre de 1963.
Facetas de escritor del andinista Marco Cruz
“He hecho varios libros de las montañas. Tengo uno que es una guía que se publicó en alemán, hicimos 2.000 ejemplares y vendimos todas. Luego, en la Editorial de Diners Club me editaron un libro de fotografía que se llama ‘Las Montañas del Ecuador’”.
Libro sobre el coloso Chimborazo
Cuando se propuso hacer un libro del Chimborazo se dijo: “con tantas fotografías, con tan lindo que es en todo lado, voy a hacer un libro de fotografía; pero, al comenzar a escribir había tanta información”, lo que dio un giro a la planificación trazada.
“Comencé a investigar y descubrí que habían muchísimas cosas que hablar del Chimborazo, ya no de mí ni mi experiencia, sino del mismo Chimborazo, y en mis recorridos estos 60 años que estoy en contacto con él”.
En sus ascensos encontró sitios arqueológicos desde los Puruhaes y de los Incas, que subían al Chimborazo a hacer ritos, ceremonias de pago y pidiendo favores hasta lo más próximo a estos presentes días.
“Ojalá este libro llegue al mayor número de personas a través de los colegios y universidades, y se divulgue el conocimiento del Chimborazo para poder amarlo y respetarlo, pues así vamos a sentirlo nuestro y a defenderlo como parte de nuestra identidad”
Recuerdos que guarda el andinista Marco Cruz
Ingresar a su oficina, un ‘refugio personal’, es transportarse a la alta montaña, es particularmente adentrarse en una vida llena de experiencias irrepetibles que lo hacen diferente, único, elegido.
Y es que cada pieza apostada en la misma tiene una historia, una vivencia que encierra mil y un aventuras, un personaje coprotagónico irreemplazable, y un legado que, a no dudarlo, jamás tendrá precio, porque representa un pedazo de existencia, un rincón en el mundo, un café que demanda sea endulzado con una buena dosis de horas y horas de conversación.
Escribir ‘Chimborazo, la montaña sagrada del Ecuador’ tiene un solo interés en su autor: “que las nuevas generaciones comprendan, respeten y amen a uno de nuestros símbolos patrios, pues vamos a sentirnos orgullosos, a sentirlo nuestro, a defenderlo como identidad, como a toda la naturaleza y la cultura de nuestra ciudad, provincia y el Ecuador”.
Frases de Marco Cruz
“El Chimborazo me ha permitido estar ahí, disfrutar, describir, conocer sitios arqueológicos únicos, algo increíble que he tenido la suerte de poder encontrar”
“Encontré los campamentos de Whymper, que fue la primera persona que subió al Chimborazo en 1880, que fue un gran alpinista inglés, quien hizo un lindo libro”
“Tuve la suerte de hacer la primera ascensión con el Colegio ‘Maldonado’, de repetir viendo el dibujo de Whymper, guambras siguiendo la ruta dibujada”
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