Desde las 5 de la mañana en las casas de los Reyes de Licán, los vasallos llegan para pintar sus rostros para después vestir su ropa típica y desfilar hasta la plaza central, finalmente el 6 de enero ha llegado. La corte que escolta al rey y los acompañantes se han preparado para seguir con una tradición de 130 años.
La parroquia de Licán se ha caracterizado por esta gran festividad, pues celebran la epifanía del Niño Dios cada 6 de enero sin importar que día caiga en el calendario. Aunque esta fiesta es reconocida por los shows artísticos y los excesos en el alcohol, tiene un trasfondo que responde a la fe y representa la unión de esta localidad.
En lo tangible, es la interpretación del pasaje bíblico de la visita de los tres Reyes Magos al Dios nacido, pero en Licán los reyes son 5, también participa el rey Ángel que representa a la estrella de Belén y el rey Herodes que mandó a matar a todos los recién nacidos. Aquí rinde honores.
Todo el evento que se ve es el resultado de una organización que empieza desde el 8 de enero hasta el próximo 6 de enero. El recorrido que engalana la av. 9 de Octubre -la salida de Riobamba- los Reyes salen de las casas de los priostes ubicadas en los barrios de esta parroquia hasta la plaza central para asistir a la eucaristía.
Cada rey tiene su corte que está conformada por: el paragüero, la negra, el gringo el muchacho y los vasallos, cada uno tiene una representación, es otro claro ejemplo de cómo hemos resistido a lo largo del tiempo con las tradiciones traídas en la colonización y se han combinado para que se mantenga a lo largo del tiempo.
Ellos son los que encabezan los pases, detrás van los acompañantes, mujeres de todas las edades que van vestidas iguales y elegantes con flores, cirios, canastas de frutas y velones; los hombres van también todos iguales. Las comparsas le siguen con los diablos de lata, sacharunas o curiquingues.