Amotinamientos cárceles Ecuador: Creciente estupor y conmoción extrema viene causando de un tiempo a esta parte lo que acontece en los denominados “centros de rehabilitación social” de nuestro país, toda vez que, más que tal, se constituyen en verdaderas “escuelas de perfeccionamiento del crimen” ya que, solo poniendo como ejemplo extremo: si se ingresa por sustraerse un pan se sale especialista en diversas modalidades de delito, las mismas que contemplan robos, homicidio y hasta sicariato, lo que merece atención urgente y responsabilidad extrema, so pena que la situación se vuelva más conflictiva y caótica de lo que ya es.
Es de anotar que en otros países los problemas son similares, pero en esos que se dicen del “primer mundo” el enfoque a su solución no adoptó medidas paliatorias, sino que propendieron a la búsqueda del origen del mal para extirparlo de raíz, y ahí los resultados, mientras que por las sombrías latitudes del “tercermundismo” o el subdesarrollo, para ser exactos- únicamente los gobiernos de turno, como gran avance, se han limitado a despilfarrar recursos creando “elefantes blancos”, “coloridos uniformes” o “canchas varias”, que siempre serán importantes, pero, más que tal, se deben enfocar los esfuerzos a capacitar al personal que se encargará de una óptima rehabilitación, es decir desde los directores hasta los guías, esto acorde a los tiempos modernos para, atacando el problema, trabajar en soluciones que conlleven una plena reintegración social.
En verdad, es difícil entender cómo es posible que en nuestras cárceles se consiga fácilmente cualquier tipo de arma, equipos celulares de última tecnología y hasta sustancias sujetas a fiscalización, lo que en la calle, en libertad, muchas de las veces de manera honrada es muy complejo; pero, al enterarnos que tranquilamente se deja arreglar mesas de billar, se permite pegarse un
chanchito asado o se traslada a “internos elegidos” a “situación vip” -esto a diestra y siniestra- cualquier halo de asombro se esfuma ipso facto. Por el bien de todos, ojalá esto algún día cambie.