El agua contaminada en el páramo del cantón Guano afecta al consumo humano y a la producción agropecuaria, lo que preocupa a 7 sectores
Hay agua contaminada en el páramo de Guano, la que va a las partes bajas con químicos y heces de ganado, a más que escasea.
Desde muy pequeños hemos escuchado que el páramo es vida, y es una indiscutible verdad.
Y esto por la capacidad de su suelo de actuar como una esponja que atrapa la lluvia desde las montañas y la desliza sistemáticamente hacia aguas abajo.
¿Y para qué? Eso permite que los campos produzcan y los humanos la consuman; sin duda, es vida.
Pero, ¿Qué pasa cuando no se lo respeta y, es más, se atenta contra su existencia?
Por eso nos trasladamos a las cascadas Río Patulú, donde un grupo de comuneros se reunió para, desde ahí, trasladarse a esa fuente natural de vida en lo alto.
Allí, Miguel Guilcapi, de San Vicente de Liguinde y dirigente de Santa Lucía de Tembo (San Isidro-Guano), pedía a los presentes actuar con mesura.
Asimismo, no ceder ante la violencia, pues, “todos somos seres humanos y merecemos mucho respeto”.
Agua está contaminada
¿Por qué se citaron?
El dirigente comunero enfatizó que antes tenían bastante agua, pero, a la fecha, hay una baja total.
El frío mordía la cara, la llovizna era persistente, y las manos se congelaban si tan solo salían de los bolsillos.
Quizá el ambiente lucía ‘hostil’ para un citadino, pero contrastó con la belleza de un rico paisaje, el aire puro que se respira y el deseo de cristalizar un sueño.
Páramo se muere día a día
¿Eso en qué afecta?
El sector es ganadero y agricultor, por lo cual la afectación “es gravísima, a más que el agua está contaminada con heces de ganado”.
Ello atenta contra la papa, el maíz y la leche que se produce para lácteos y el ganado de engorde.
Técnicos inspeccionaron el páramo
Y para eso, técnicos del Municipio de Guano se trasladaron a realizar una inspección, es decir constatar in situ lo que acontece.
Salimos a las 09:00 h, y casi 1 hora después, en un punto frente a Pichán San Carlos, esperamos el arribo de más comuneros, que sumaron un número mayor a 50, así como los técnicos.
En el lugar, Luis Macas, parte de la Dirección municipal de Ambiente y Riesgos, explicó la razón de su presencia.
Lo acompañaron María Yánez, analista ambiental; y, María José Andrade, gestora de Calidad Ambiental, que se empaparon del sentir comunero.
Anotó que siempre va entrar ganado allí, y por ello heces y orina contaminan.
¿Cuál es la propuesta?
Ante lo anotado, los comuneros pidieron a los técnicos avanzar ante los pogyios (fuentes de agua natural), y que se constate la afectación denunciada.
Y así lo hicimos, descendimos hacia el río y empezamos una travesía que nos llevaría hacia más de 3.750 metros, para saber qué pasa.
Mientras subíamos notamos que agua casi no había, incluso acequias lucían tan solo húmedas, sin contar que las heces del ganado ‘reposaban tranquilas’ allí.
Propietarios dicen que no los destruyen
Llegamos a Juanatoma, donde Agustín Ochog, propietario de un terreno cercano, presentó su postura:
Estaba molesto, y ello era porque dijo que no se les avisó que iban a ir técnicos y comuneros a la propiedad
El en un inicio diálogo pacífico se acaloró, a la par que los pies mojados y el cansancio se hacían sentir.
Achog enfatizó que fue dirigente en Carihuayrazo, que sabe como se actúa en estos casos.
Y eso lo dijo “hablando morochamente”.
¿En caso de querer comprarle?
Los comuneros afirmaban puntos donde había ojos de agua, mientras lo desmentían los propietarios, a la par que los técnicos fotografiaban y hacían apuntes.
En una propiedad adjunta, Juan Ailla, casado con María Achog, la propietaria, dijo que está de acuerdo en que donde hay vertientes se cerquen 50 metros.
Pero, afirmó que no ha tocado los pantanos, y que eso le molesta.
Asimismo, la esposa de Juan, María Achog, propietaria de un terreno, dio a conocer la causa para que no les llegue el agua.
Al final, hubo un conato de incidente que no avanzó.