Las mujeres rurales participan en la producción, sostienen la alimentación de la sociedad, pero no son parte de la toma de las decisiones importantes. Una alianza entre varias organizaciones durante cuatro años trabajaran en 5 juntas parroquiales de dos provincias.
Agroecología asegura la alimentación de la sociedad
Maquita, CESA, Fundación Nosotras con Equidad y Manos Unidas, son las organizaciones que impulsarán desde varias aristas a mujeres que lideran la procesos de agricultura orgánica, el comercio justo, además de fomentar los procesos de liderazgo y la administración de recursos.
Por esa razón, este viernes 8 de marzo, en el auditorio Romeo Rodríguez, de la Espoch presentaron el proyecto «Resiliencia socioeconómica de mujeres indígenas y campesinas de Chimborazo y Tungurahua en el contexto de postpandemia».
María Jesús Perez, directora ejecutiva de Maquita, explicó que el objetivo es mejorar la agroecología de las plantaciones para llegar a los mercados locales con un precio justo y un valor agregado, además de ello, el programa busca que las mujeres tengan mejores ingresos, así como una calidad de vida optima en la redistribución de las tareas.
Paola Román, investigadora de CESA, aseguró que las mujeres rurales son las que hoy por hoy construyen la transición a la agroecología. Asimismo, explicó que la agricultura familiar campesina es reconocida en la sociedad como los que aseguran la alimentación de la sociedad y el 50% está producido por mujeres, es decir, que la gran parte de alimentos que llegan a nuestras mesas son sembrados y cuidados por mujeres.
Presupuesto del proyecto y organizaciones beneficiadas
Los cuatro millones de dólares que la organización Manos Unidas facilitó para el programa que se construyó hace seis meses y será ejecutado en 26 organizaciones de mujeres de Chimborazo y 13 de Tungurahua. En su mayoría son en tres parroquias rurales de Riobamba y una de Guano.
El proyecto no solo acoge a mujeres para fomentar la independencia financiera, también hay un número importante de hombres que también son parte del proceso. En Licto, Pungalá y Quimiag centrarán el trabajo.
Al fomentar la economía popular y solidaria, entre sus objetivos esta recuperar la fertilidad de la tierra dejando de lado a los agroquímicos que no solo enferma a los agricultores.
Hay que tomar en cuenta que en el cantón y provincia hay problemas con la gestión del agua que llega contaminada. Por esa razón para iniciar con el proyecto levantaron una gran articulación con varias instituciones de todos los niveles.