“¡Suelta el brillo!”, “¡tienes la J que quiero!”, “¡botarás pensando!”, “¡te aguanto el As!”… era parte del diálogo que tenía como marco a un grupo de personas, al interior de la EP-EMMPA, ayer, ‘haciéndole a un buen rumi’ para matar el tiempo, mientras sacos con zanahoria las oficiaban de ‘finos muebles’. A la espera de los clientes.
A saber. La misión era contactar al gerente de la EMpresa Municipal Mercado de Productores Agrícolas ‘San Pedro de Riobamba’, mas una jugada del destino hizo que ‘nos crucemos’ en la entrada, uno ingresando y otro saliendo, ante lo cual hubo que abortarla al pesar y empezar a ‘cranear qué hacer’.
‘El que busca…’. Empezamos a caminar, a ver todo en derredor, algo no estaba bien, no había el bullicio típico del sitio, el movimiento asemejaba el fin de un velorio, se caminaba casi con la plena tranquilidad que este día no se ‘torearía’ a los muchos carros que se movilizan allí… en fin… la cotidianidad no tomó parte de este lugar un soleado jueves 11 de enero.
¿Por qué? “¡La delincuencia!”, dijo Hugo Llalao, productor de tomate riñón de Chambo, que aguardaba con esperanza, en su camioneta llena, que alguien se acercara a adquirir el producto, agregando que no tuvo inconvenientes para llegar al principal centro de acopio del cantón Riobamba.
Lamento. “Lo que no vemos es circulación de gente, de consumidores (…) allá, en los cultivos, estamos perdiendo bastante, porque no se mueve por el tema de la inseguridad, esperando que esto ya vaya cambiando” .
Realidad. “El martes hubo una alarma, pero todo ha estado normal, todo se ha calmado; existe abastecimiento total de los productos al mercado (…) los camiones llegan bien, el precio no ha variado, solo la gente no ha venido, tal vez por el miedo no ha habido muchos compradores”, dijo Gladys Caranqui, vendedora de productos de la Costa.
Criterio. De su lado, Nancy Guadalupe, ciudadana que se acercó a la EMMPA para abastecer su despensa, subrayó que no existen novedades ni han variado los precios, “que la ciudadanía venga tranquila, ¡continuemos con la vida normal, porque igual toca hacer las compras y alimentarnos!”.
Voces. Cristian Puga anotó: “¡no le sigamos el juego a la delincuencia!”, lo que igual siente, pero con cautela, Juan Flores, vendedor de frutas tropicales: “el temor que quizá tiene la gente es porque está cerca la Cárcel, está enmallado, y ese es el problema, que tal vez no todos los vehículos pueden ingresar, así como hay inconvenientes en el ingreso, porque no lo habilitan las autoridades (…) estamos listos para atenderles”; mientras, a lo lejos, un estruendoso “¡rumi!” de victoria nos acompañaba hasta la salida, y se abrigaba, a la interna, sea presagio de buena suerte en viernes 12…