Personas hallaron una cabeza humana junto a un mensaje muy claro para los extorsionadores de Babahoyo donde rechazan las vacunas.
El horror se apoderó de la capital de Los Ríos este jueves, cuando transeúntes descubrieron una cabeza humana dentro de una funda negra en el puente que conecta las parroquias Barreiro y El Salto en Babahoyo.
Junto al espeluznante hallazgo, un mensaje escrito en cartón advertía con sangre fría: «Esto les pasa a los sapos y extorsionadores. No más vacunas.»
El reloj marcaba las 13:30h cuando un grupo de peatones notó la bolsa sospechosa en la acera. Al acercarse, el hedor y la silueta dentro del plástico les hicieron dar un paso atrás.
Minutos después, patrullas de la Policía Nacional y peritos de Criminalística llegaron al sitio, confirmando la presencia de la cabeza decapitada y procediendo a acordonar la zona.
Pero el pánico apenas comenzaba. Casi al mismo tiempo, otra funda con características similares fue localizada en el puente que une Barreiro con la ciudad de Babahoyo.
La noticia corrió como pólvora en redes sociales, desatando un ambiente de temor entre los habitantes.
Mensaje de terror para los extorsionadores junto a la cabeza humana
Los primeros indicios apuntan a que este crimen estaría vinculado a ajustes de cuentas entre grupos delictivos que operan en la provincia de Los Ríos.
Fuentes extraoficiales sugieren que el macabro mensaje podría ser una declaración de guerra contra bandas dedicadas a la extorsión, práctica que ha convertido a la «vacuna» en un flagelo cotidiano para comerciantes y ciudadanos.
La Policía trabaja en la identificación de la víctima, mientras unidades especializadas analizan cámaras de seguridad para rastrear a los responsables de abandonar los restos humanos en estos puntos estratégicos.
Este nuevo episodio de violencia extrema sacude a Babahoyo en un momento en que la ciudadanía clama por mayor seguridad. «No podemos vivir así, cada día es peor», lamentó un comerciante del sector que prefirió mantenerse en el anonimato.
Las autoridades han intensificado operativos en sectores conflictivos, pero el miedo persiste. Mientras tanto, la pregunta que se repite en las calles es: ¿Quién impone las reglas en esta ciudad: la ley o el crimen?
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