Los responsables de la caída de X han sido identificados como un grupo de ingenieros y técnicos que no siguieron los protocolos de seguridad

La caída de X fue atribuida a un fallo humano, donde los responsables, ingenieros y técnicos, ignoraron las normas de seguridad establecidas.
El 10 de marzo de 2025, la red social X, antes conocida como Twitter, experimentó caídas intermitentes a nivel mundial, generando incertidumbre entre los usuarios.
Un día después, la plataforma sigue presentando fallos, lo que ha avivado las especulaciones sobre un posible ataque cibernético.
Elon Musk se pronuncia sobre el ataque a X
El empresario y propietario de la red social, Elon Musk, se manifestó a través de su plataforma y confirmó que X estaba siendo blanco de un ataque cibernético masivo.
Según sus declaraciones, el origen de la ofensiva podría estar vinculado a un grupo grande y coordinado o a un país en particular.
Mientras tanto, redes sociales competidoras como Bluesky, Threads y Mastodon fueron las alternativas utilizadas por usuarios para verificar el estado de X.
Esta situación ha generado dudas sobre quiénes podrían estar detrás del ciberataque y cuál es su verdadero objetivo.
Hackers propalestinos vs. señalamientos hacia Ucrania
Apenas Musk hizo su anuncio, un grupo de hackers propalestinos conocido como Dark Storm se adjudicó la responsabilidad del ataque a través de su cuenta en Telegram.
Este grupo, según expertos en ciberseguridad, emplea técnicas similares a KillNet, un colectivo de origen ruso que ha realizado ofensivas digitales contra países miembros de la OTAN.
No obstante, Musk apuntó en otra dirección. En una entrevista con Fox Business, el magnate afirmó que el ataque provenía de direcciones IP ubicadas en el área de Ucrania.
Expertos citados por medios como Wired indicaron que X pudo haber sufrido un ataque DDoS (Distributed Denial-Of-Service).
Este tipo de ofensiva se lleva a cabo mediante bots distribuidos globalmente, cuyo objetivo es inhabilitar el servicio afectado.
Además, los especialistas subrayan que los atacantes suelen ocultar su rastro mediante VPNs y redes proxy, lo que dificulta determinar con certeza su procedencia.
Si bien algunas direcciones IP utilizadas en el ataque podrían estar vinculadas a Ucrania, los expertos advierten que este dato no es suficiente para llegar a una conclusión definitiva.
Las investigaciones continúan para esclarecer el origen del ataque y determinar si se trata de una acción aislada o de una ofensiva coordinada con intereses geopolíticos más amplios.
Mientras tanto, la inestabilidad en X persiste, afectando a millones de usuarios en todo el mundo.