20 lugares más raros donde han tenido sexo

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Desde ascensores hasta parques, parejas cuentan los lugares más raros donde han tenido sexo y las emociones que vivieron.

Los 20 lugares más raros donde han tenido sexo
Los 20 lugares más raros donde han tenido sexo laprensa.com.ec

Para disfrutar del buen sexo no hace falta mucho, aunque hay ocasiones en la que se empieza por unos besos y se acaba metido hasta la cocina.

Porque el deseo es caprichoso, involuntario y, a veces, «no espera un cuarto con cerradura ni una cama bien tendida».

Aparece en lugares impensados, entre el vértigo del peligro y la emoción de lo prohibido.

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Desde parques hasta buses, pasando por graderíos, cines, cocinas ajenas y corredores universitarios.

Se tejen algunas de las historias reales más increíbles de quienes han sido sorprendidos por el deseo en los lugares más impensados.

En un canal de televisión, en un mirador, en el parque Sesquicentenario, en un establo de Macají, en la finca de sus padres en Manabí, en el colegio, en los vestidores de una piscina o, incluso, en la cocina de un desconocido una noche cualquiera.

Lista de lugares de encuentros ardientes

  1. Parque Ecológico
  2. Bosque de la Espoch
  3. Garage de la Unach
  4. Cine
  5. Baños de una discoteca
  6. Graderío de la Quinta Macají
  7. Canal de televisión
  8. Mirador
  9. Parque Sesquicentenario
  10. Monte
  11. Establo de Macají
  12. Universidad UNEMI «corredor cultural»
  13. Bus
  14. Sala de mis padres
  15. Casa de mi papá
  16. Cocina de un desconocido
  17. Finca en Manabí
  18. Colegio
  19. Chancera
  20. Vestidores de baños de piscinas

Eran casi las 10 de la noche, y una pareja se refugiaba entre sombras, en los graderíos de la Quinta Macají.

La emoción y la adrenalina del momento los cegó

Su respiración entrecortada, las manos recorriendo cada centímetro de la piel bajo la ropa; ella se movía rápido, y no había tiempo. (Anonimato)

En el cine, la sala estaba casi vacía; en la última fila, una mano se desliza por debajo de la ropa, buscando piel caliente.

Ella se mordía el labio para no gemir, él la sostenía fuerte contra el asiento

Salieron cuando encendieron las luces, con las piernas temblorosas y el deseo latente. (Anonimato)

En el corredor cultural de la UNEMI, el campus estaba vacío. Pegados contra la pared, sus cuerpos se entrelazaban con desesperación.

Ambos disfrutaron del momento, pero un ruido los alertó y se separaron de golpe

No hubo nadie, así que continuaron hasta el final, haciendo que ella terminara. (Anonimato)

La chancera era el escenario menos esperado, pero el «deseo no conoce reglas«, contra la pared de madera desgastada, entre el aroma intenso de los corrales, sus cuerpos se enlazaron.

Él la levantó sin esfuerzo, haciéndola gemir entre susurros para no ser descubiertos

Sus manos la sostenían firme, sus bocas se devoraban con hambre, y el vaivén de sus cuerpos solo se confundía con el sonido del viento colándose por las rendijas. (Anonimato)

El silencio del monte solo era interrumpido por sus jadeos entrecortados, que se hundieron en la hierba, sintiendo la naturaleza envolverlos mientras sus manos urgentes exploraban con frenesí.

Cada caricia encendía más el momento, cada movimiento realizado por ella lo llevaba más lejos de la cordura

Sin testigos, sin miedos, solo ellos y el deseo del arma letal de esta escena. (Anonimato)

Deseo sin fronteras

Historias que quedan atrapadas en lugares inesperados, en rincones que guardan secretos y en momentos donde el deseo le gana a la prudencia.

Al final, los recuerdos más intensos no siempre se escriben en camas perfectamente ordenadas, sino donde nadie lo espera.

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