José Jara Vásquez
Editorialista
Tema: Don Bosco
Don Bosco: «Dame almas y llévate lo demás” decía Don Bosco para resaltar su visión del mundo en la cual, la dimensión espiritual es la más importante.
Juan Melchor Bosco Occhiena (1815 – 1888) estaba firmemente convencido de que existe una vida ultraterrena y que nuestro tránsito por la tierra no es más que la antesala de la eternidad.
Con esta idea central, el pensamiento de Don Bosco se orienta a hacer de los jóvenes “buenos cristianos y honrados ciudadanos”, es decir, a cultivar las dos dimensiones del ser humano: la del mundo material, tangible y cotidiano, y la del mundo espiritual, intangible y eterno.
La educación en el pensamiento salesiano es una herramienta de salvación espiritual y lo más novedoso es que tiene como columna vertebral la alegría.
Don Bosco decía: “La santidad consiste en estar siempre alegres”.
En armonía con esta jubilosa forma de entender la vida, Don Bosco concibe una nueva pedagogía basada en lo que denominó el “sistema preventivo”, que aproximadamente se resume en estos puntos:
- El educador-formador debe ejercer su cátedra por vocación, no solo por sueldo.
- El alumno nunca debe estar solo, siempre ha de sentir el cariño de sus superiores.
- Las actividades lúdicas y deportivas son esenciales en la educación.
- La religión es piedra angular de la formación de los jóvenes.
- Las “buenas compañías” son determinantes en el desarrollo de la personalidad.
- Hay que tener una reflexión diaria que guíe cada jornada educativa.
El viernes pasado fue 31 de enero, el santoral católico celebró a Don Bosco y quien escribe, como exalumno salesiano, se complace en compartir con ustedes, mis apreciados lectores, estas ideas, que deseo contribuyan a fomentar la alegría en sus hogares, que son en realidad, los primeros y más importantes centros educativos de todo ser humano.
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