Riobamba/ El semáforo en rojo debido a la pandemia por el Covid-19 en Riobamba, se mantiene, pero las actividades cotidianas y el comercio en la ‘’Sultana de los Andes’’, se reactivan paulatinamente y con las precauciones del caso. A nivel nacional, la nueva ‘’normalidad’’ o fase de distanciamiento social empezó ayer, y ya se pudo percibir un gran movimiento en las actividades económicas. Uno de los primeros sectores que decidieron abrir las puertas al público con el fin de brindar un servicio puertas afuera, son los restaurantes y negocios de alimentos preparados. Especialmente en el centro de la urbe, ciudadanos hacían filas en los negocios de comida rápida, para solicitar sus pedidos solamente para llevar, ya que no se ha dispuesto que estos establecimientos permitan el ingreso de clientes.
Reactivación. Jhony Amoroso, propietario de un restaurante en el sector de San Francisco, decidió activarse en esta nueva fase de distanciamiento social. Desde hoy, realizará entregas a domicilio para satisfacer los requerimientos y exigencias del paladar de las y los ciudadanos. Amoroso cuenta que durante la fase de aislamiento, no ofrecía el servicio a domicilio, para precautelar la seguridad de él, su familia y los clientes, sin embargo, desde este inicio de semana, se reactivaron para empezar a trabajar. Dentro de este restaurante de estilo rústico, colonial e histórico, Jhony junto a sus empleados emprenden labores de limpieza y desinfección de todas las áreas del restaurante, esto para que los clientes tengan la certeza de la asepsia y manejo adecuado de los alimentos. Durante los 50 días que abandonó su negocio, este emprendedor comenta que las pérdidas económicas son entre 30.000 a 40.000 dólares, pero están decididos a recuperarse. Ahora esperan que los clientes confíen en el trabajo que están implementando, que básicamente son entregas a domicilio y también pedidos en el establecimiento, pero solo para llevar.
Negocios. En ese mismo sector, comerciantes de muebles y productos de madera, abrieron sus puertas a los clientes. Ramiro Toro, propietario de un local de venta de muebles, inició el trabajo ayer, esto debido a la necesidad y por falta de recursos para afrontar la crisis, ‘’son cincuenta días que ya no podemos aguantar encerrados… las pérdidas son incalculables, casi de 180.000 dólares. Toro dice que hay que aprender a vivir con el virus, aunque en su primer día de trabajo no ha vendido nada, tiene la esperanza de que el comercio se reactive.
Empleados. Estos dos emprendedores, dijeron que han llegado a un consenso con sus trabajadores, para que puedan regresar a laborar cuando la situación mejore, por lo pronto les han dado vacaciones.