El 23 de diciembre en Riobamba y en partes del Ecuador se registró protestas por los 4 niños desaparecidos en Guayaquil a manos de militares.
El frío viento del 23 de noviembre en Riobamba no apagó el calor de la indignación. Frente a la Gobernación de Chimborazo, decenas de personas se congregaron, alzando pancartas y gritos exigían respuestas por las inconsistencias en el caso de los niños de las Malvinas.
Cuatro niños desaparecidos en Guayaquil, quienes oficialmente según el ministro de Defensa Giancarlo Loffredo fueron detenidos por militares por un presunto robo.
Esto se ha convertido en el epicentro de una serie de protestas que va más allá de lo local, pues en Quito también se reportaron.
Pilar Fernández, líder de la Coordinadora Política de Mujeres de Chimborazo, resumió la angustia colectiva.
La voz de Fernández, firme y cargada de indignación, fue el eco de muchas madres, de muchos hermanos. “No queremos héroes; los queremos vivos”, dijo, rechazando la propuesta del Presidente Daniel Noboa de convertir a los menores desaparecidos en héroes nacionales.
Activistas se manifiestan fuera de la Gobernación de Chimborazo
Luis Terán, activista del Pacto por la Niñez y la Adolescencia, caminaba entre los manifestantes con la mirada seria y un cartel en alto: “Se los llevaron vivos, los queremos vivos”.
Su voz se alzó entre el bullicio: “No podemos aceptar más violaciones a los derechos de los niños. Esta protesta es un recordatorio de que estamos vivos, de que seguimos luchando”.
Al igual que muchos, esperaba un pronunciamiento del gobernador Guido Puyol, quien hasta ese momento había guardado silencio.“No les importa. No tienen cara para salir”, comentó Fernández, dejando entrever la frustración acumulada.
Dani Patiño, un joven líder estudiantil de 19 años, es quien dirigía los gritos de protesta. “Estamos aquí porque los jóvenes también tenemos algo que decir. No podemos quedarnos impasibles mientras desaparecen niños y el gobierno no hace nada”, expresó con fuerza.
Exigencias para los militares
La protesta en Riobamba fue parte de una ola de manifestaciones en todo el país, donde la exigencia es clara, que los niños desaparecidos vuelvan con vida, que se respete la Constitución y que los militares abandonen las calles.
“Esta no es solo una marcha; es un grito colectivo que dice que no vamos a rendirnos”, afirmó Terán antes de despedirse entre la multitud.
En cuanto a los militares, exigían que abandonen las calles, y que cubran sus competencias, es decir, monitorear las fronteras de los países para liberar al Ecuador del narcotráfico.
Además, Terán aseguró que continuarán reuniéndose en sectores claves para que la ciudadanía no sea indolente frente a este tipo de casos y que las autoridades tomen conciencia y desquiten el sueldo que les pagan los ecuatorianos.
A pesar de que la protesta se llevó con tranquilidad, Quito no tuvo a misma suerte, pues se reportaron la detención de manifestantes.
«Después del plantón convocado por la ciudadanía en Fiscalía del Ecuador por la desaparición de los #LosCuatroDeGuayaquilEcuador detuvieron a Pablo Cisneros que estuvo en el plantón» señaló la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos.
Mientras tanto, los familiares de Steven, de 11 años, Nehemías, de 15, Josué, de 14, e Ismael, de 15 seguirán a la espera por encontrarlos aún con vida.