La historia de Luis Guevara, heladero por más de 70 años, endulza Riobamba con sus tradicionales helados de paila.
En Riobamba, donde las tradiciones y el sabor se entrelazan con la historia, se encuentra Luis Guevara, un heladero con una trayectoria de más de 70 años.
Junto a su hija Amparito, sigue endulzando la vida de los riobambeños con sus tradicionales helados de paila.
Luis Guevara comenzó en este negocio cuando tenía apenas 10 años, una edad en la que ya se sentía atraído por la venta de helados.
Inicios de los helados de paila de Luis
Aunque sus primeros pasos no fueron fáciles, los recuerdos de su infancia en Guayaquil marcaron su vida.
Su incursión en el mundo de los helados no fue inmediata, pero al llegar a los 14 años, regresó a Riobamba y encontró su verdadero camino. El negocio comenzó en tiempos difíciles.
Con el paso del tiempo, Luis Guevara no solo logró consolidar su negocio, sino que también fue conocido por su habilidad para elaborar helados de paila, un arte que mantiene vivo hasta hoy.
A lo largo de estos 70 años, Luis ha recorrido varias zonas de la ciudad, ofreciendo su producto en lugares como La Condamine, Santa Rosa, San Francisco y San Alfonso.
El ciclismo como parte fundamental de su historia
Durante su juventud, fue un destacado ciclista que representó a la provincia de Chimborazo en la famosa «Vuelta a la República», y fue parte de un grupo de deportistas locales que hicieron historia en los años 60.
Entre ellos, recuerda con orgullo a figuras como Jaime Pozo y Agustín Mosquera.
«Corrí tres veces la vuelta a la República. En ese tiempo no había ni pavimento, todo era puro barro», dice Luis, con la misma pasión que muestra al hablar de sus helados.
Legado de los helados de Luis Guevara
Luis, quien nunca ha dejado que el paso del tiempo le arrebate la ilusión por su oficio, explica que debido a su edad, su hija lo acompaña en su labor.
La acogida de su negocio en la ciudad ha sido cálida y fiel.
La tradición de los helados de paila sigue viva gracias a este hombre, cuyo amor por su oficio ha trascendido generaciones. Amparito, su hija, confirma con orgullo el legado que ha continuado.
Su empeño en preservar la tradición familiar está siendo crucial para mantener viva la historia de su padre.
A pesar de los desafíos que ha enfrentado en su vida, Luis Guevara sigue siendo un pilar de la historia local, y sus helados continúan siendo un símbolo de la tradición riobambeña.