Acoso físico y verbal persiste en buses urbanos, a pesar de leyes y campañas, sin respuestas efectivas para las mujeres afectadas
El acoso sexual en buses es una realidad alarmante y creciente en varias ciudades del Ecuador.
A pesar de programas y campañas implementadas para erradicar este problema, como la iniciativa «Bájale al Acoso», aún persisten las denuncias.
De acuerdo con datos recientes, el 81% de las mujeres que utilizan el transporte público han experimentado algún tipo de acoso, ya sea verbal o físico.
Las estadísticas revelan que solo en el transporte municipal de Quito, el año pasado, se registraron hasta 49 casos de acoso, sin contar aquellos que no son denunciado.
Testimonios de mujeres: acoso en buses urbanos
Las mujeres que sufren acoso a menudo comparten experiencias desgarradoras y profundas marcas emocionales. Aquí algunos testimonios que revelan la realidad diaria de quienes utilizan el transporte público:
No sabes si enfrentarlo o quedarte callada, porque la gente alrededor solo observa y no ayuda.
Este testimonio refleja cómo el miedo y la falta de apoyo afectan el comportamiento de muchas mujeres.
No me atrevía a decir nada porque tenía miedo de que reaccionara de forma violenta.
Estas experiencias resaltan la falta de seguridad en el transporte público y cómo el miedo a posibles confrontaciones obstaculiza cualquier intento de denuncia o intervención.
Consecuencias de no actuar ante situaciones críticas
La respuesta del entorno social juega un papel importante donde muchas mujeres han reportado la inacción de otros pasajeros que prefieren no intervenir, incluso cuando la situación lo requiere.
Una mujer compartió:
Esta situación muestra la falta de solidaridad y apoyo entre usuarios y cómo esta indiferencia puede perpetuar el acoso sexual.
Políticas públicas y programas fallidos
A pesar de la existencia de iniciativas como el programa «Bájale al Acoso», implementado por el Municipio de Quito, el impacto ha sido limitado.
Este programa, que en su momento permitió sentencias de hasta cinco años de prisión para agresores, se descontinuó debido al cambio de administración municipal.
Las campañas en contra del acoso debería incluir:
- Educación preventiva y reeducación para pasajeros y conductores.
- Programas de apoyo psicológico y legal para las víctimas.
- Medidas tecnológicas y capacitación de personal de transporte público para garantizar la intervención rápida y efectiva.
El acoso sexual en buses sigue siendo una problemática social que requiere la atención inmediata de autoridades, comunidades y la sociedad en su conjunto.
La falta de apoyo y la escasa denuncia hacen que muchas mujeres se sientan solas y vulnerables.