Lavar el pollo crudo puede esparcir bacterias peligrosas como Salmonella en tu cocina cocinarlo a 74 °C es la forma más segura de eliminar riesgos.
El hábito de lavar el pollo crudo antes de cocinarlo, lejos de ser una medida de higiene, puede convertirse en un riesgo para la salud.
Según la experta Mónica Gualoto, esta práctica facilita la dispersión de bacterias como Salmonella y Campylobacter, altamente resistentes al lavado.
Estas bacterias pueden causar infecciones graves como diarreas y gastroenteritis.
Propagación de bacterias en la cocina
Cuando el pollo crudo es lavado, las salpicaduras de agua contaminada alcanzan superficies como mesones, tablas de cortar, utensilios y hasta las manos de quien lo manipula.
Estas bacterias no se eliminan con el lavado y solo pueden ser destruidas mediante una cocción que logre una temperatura interna de 74 grados centígrados, explica Gualoto.
Contaminación cruzada: un riesgo latente
La contaminación cruzada es otro factor de preocupación esta ocurre cuando microorganismos, sustancias químicas o alérgenos de un alimento pasan a otro. Según Gualoto, existen dos tipos:
- Directa: cuando un alimento crudo entra en contacto con uno cocido.
- Indirecta: al usar utensilios o superficies para diferentes alimentos sin previa desinfección.
Recomendaciones para evitar riesgos
Para prevenir estos problemas, es fundamental:
- Separar alimentos crudos y cocidos.
- Lavar y desinfectar todas las superficies y utensilios antes de usarlos.
- Lavarse las manos constantemente durante la preparación de alimentos.
Organismos advierten sobre el lavado del pollo
La Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido (FSA) ha señalado que lavar el pollo puede aumentar la propagación de bacterias como Campylobacter.
Las salpicaduras contaminadas pueden extenderse a ropa, manos, utensilios y superficies cercanas, incrementando el riesgo de intoxicación.
Medidas seguras al cocinar pollo
Gualoto sugiere utilizar un termómetro de cocina para garantizar que el pollo alcance la temperatura adecuada en las zonas más gruesas.
Además, recomienda manejar el pollo crudo con precaución, desinfectar utensilios y superficies, y lavarse las manos inmediatamente después de tocarlo.
Aunque muchos consideran que lavar el pollo es una práctica higiénica, los expertos alertan que esto aumenta los riesgos de contaminación y enfermedades.
Seguir medidas adecuadas de higiene y cocción es clave para garantizar la seguridad alimentaria en los hogares.