«Amor y Sabiduría» es el libro de la docente Laura Erazo Salazar que presenta en el Teatro León que presenta este 25 de octubre
La obra literaria «Amor y Sabiduría» que se presenta en el Teatro León, es el libro de la docente Laura Erazo Salazar.
Laura Erazo Salazar, de profesión docente, lleva 48 años educando en valores a niños y niñas, a quienes considera como sus hijos.
Es dueña, desde hace 15 años, de la Unidad Educativa Particular Nuestro Mundo Eco Río. La maestra, de gran vocación, siempre está pensando en mejorar la educación.
Laura Erazo y su vida estudiantil
Los primeros cinco años de la primaria estudió en el establecimiento educativo de la comunidad de Bayo, en la parroquia Químiag, cantón Riobamba, y terminó la primaria en Guaranda.
Mientras que en Latacunga estudió (primer y segundo curso), Riobamba (tercer curso en el Juan de Velasco), Loja (cuarto curso) y Cuenca (quinto curso).
Se movilizaba con su hermana religiosa Anita Rebeca que recorría el país. Terminó la secundaria en el Colegio Isabel de Godín en Riobamba.
Una vez que se graduó, tuvo la suerte de concursar para el cargo de colectora-contadora del Colegio Carlos Cisneros y ganó.
Como siguió estudiando, al graduarse de licenciada, ingresó a laborar en la docencia en el mismo colegio. Luego pasó al Colegio Amelia Gallegos y también dio clases en la Espoch.
La experiencia y el proceso de vida que ha llevado durante casi medio siglo en las aulas, cumpliendo con la sagrada misión de formar a diferentes generaciones de niños y jóvenes.
La gran vocación llevó a la maestra a plasmar su amor por los niños y su sabiduría en el libro “Amor y Sabiduría”.
El lanzamiento del libro será este viernes 25 de octubre en el Teatro León a las 16:00.
«Amor y Sabiduría»: es un libro dedicado a la educación
La autora considera que las fortalezas de la educación se logran con la unidad y el diálogo, no solo con los estudiantes, sino también con los padres de familia y la ciudadanía.
Es importante saber qué se debe aplicar con los hijos, porque se considera que la tecnología es más importante que los valores.
Todos los valores son importantes, pero el de la responsabilidad es fundamental, aseguró la docente Laura Erazo.
La docente mencionó que luego vienen los valores del respeto y la solidaridad. Al aplicar dichos valores, se logra la felicidad y se brinda un aporte a la sociedad.
El maestro primero tiene que practicar el valor del amor y contar con la fortaleza para comprender a los estudiantes, quienes deben estar felices para tratar lo cognitivo.
Hace 15 años, creó su propia Unidad Educativa y todos los lunes organiza el momento cívico, algo que el actual gobierno propone desarrollar.
Desde el inicial hasta el tercero de bachillerato, se identifica como Laurita, porque todos merecen respeto y libertad para expresar lo que piensan.
Mencionó que el título sirve para lograr que el estudiante tenga mejor conocimiento y se convierta en un mejor ser humano.
Para Laurita, más allá de los títulos, está la formación en valores que permite alcanzar hijos y profesionales útiles para la sociedad.
Los padres de familia son parte de la formación de los hijos
Los padres de familia y los docentes son responsables de formar personas dispuestas al cambio de la sociedad, de ahí que las autoridades no pueden hacer mucho para lograr ese cambio.
Laurita se encuentra orgullosa de que sus estudiantes se estén formando en Rusia, Canadá, Estados Unidos y Argentina, en la Universidad San Francisco y en la UDLA.
La maestra, que cumplió 75 años, considera que los años no pasan, sino que simplemente se suman, y tiene una mentalidad de 30 a 40 años.
Recuerda que es muy estricta en el cumplimiento de los valores en la formación.
La editora del libro es Rocío Samaniego, y su hijo Manfred Echeverría ha contribuido a que esta obra literaria se haga realidad.
Los fondos recaudados por la venta del libro serán destinados a una obra social en favor de los niños de la Casa de la Caridad de Penipe.
Siguiendo el ejemplo de solidaridad de su madre, Celina Salazar, que llevaba azúcar y arroz a la cárcel, Laurita brinda su aporte a los niños de la Casa de la Caridad.
La experiencia y el valor de la solidaridad
Su padre, Feliciano Erazo, líder de la comunidad de Bayo en Químiag, fue teniente político y comisario; el pueblo lo quería y, como aprecio, lo llamaba «tío».
Laurita aprendió de sus padres el valor de la responsabilidad y la solidaridad.
Su mayor sueño es continuar hasta que Dios la tenga con vida, porque considera que es un aporte para la educación, con una mentalidad fortalecida y energía para amar y formar a los estudiantes.
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